jueves, 17 de enero de 2019

El Desarrollo Sustentable de México (1980-2007)

Inicio.

El concepto de desarrollo sustentable nace a partir de la década de ’80 y es fuertemente impulsado por las políticas liberalizadoras impuestas por los organismos financieros internacionales como resultado para la crisis de deuda sugerida por los piases en desarrollo de esa década.

El nuevo modelo de desarrollo económico impulsa las bondades del mercado como elemento facilitador del desarrollo pues recordemos que uso de sus principales supuestos es que los mercados competitivos conllevan asignaciones optimas de los recursos. En este sentido, el modelo ha demostrado no ser lo suficientemente rápido y en ocasiones francamente ineficaz, para conseguir los objeticos de un desarrollo económico benéfico para su población y para la evolución de los principales agregados económicos.

Como tal, el concepto de desarrollo sustentable no debería están enfrentado al desarrollo económico, sin embargo, la inadecuada valorización no debería estarán enfrentado al desarrollo económico, sin embargo, la inadecuada valorización del stock de capital naturales y crecimiento sustentable sean incompatibles, pese a los esfuerzos hechos de esta materia, lo cual se tratará de analizar dentro del presente artículo para el caso de México.

El desarrollo sustentable en México.

Toda la década de los años ’80 fue declarada por la ONU como la “década pérdida”. Muchas economías no desarrolladas y excesivamente endeudadas (latinoamericanas, asiáticas y africana), perdieron en términos de crecimiento, empleos, ingresos, progreso y adicionalmente el stock de capital natural; México no fue la excepción. A finales de la década de los años ’80, la sustentabilidad del desarrollo se convirtió de reclamo marginal o inexistente en exigencia emergente de los movimientos y organizaciones sociales, del sector privado y de las políticas y acciones de algunos gobiernos. Para los años ’90 la sustentabilidad del desarrollo paso de ser exigencia emergente a un tema obligado tanto el debate político como en cualquier gobierno. No obstante, cuando el concepto de sustentabilidad haya sido acuñado en el documento Nuestro Futuro Común, mejor conocido como el Informe Brundtland en 1987, en realidad dicho concepto evoca viejas polémicas de la disciplina económica con las referidas:[1]

al crecimiento económico y la distribución del ingreso.

a las externalidades

a la internalización de los costos sociales

al desarrollo económico nacional y sus desequilibrios regionales y sectoriales.

a los límites del crecimiento y sus costos económicos, sociales y ambientales.

Este término acuñado en 1987 por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo llamada Comisión Brundtland, sobre el desarrollo llamada Comisión Brundtland, sobre el desarrollo sustentable, se define como aquel que “satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”[2].

A partir de lo anterior, al decir que el desarrollo sustentable implica la satisfacción de las necesidades de las sociedades presentes, pero sin poner en riegos a las generaciones futuras, lo que en verdad estamos indicando es que ya no solo tenemos que preocuparnos por asignar racional y eficiente los escasos recursos hacia fines alternos de utilización, sino también lo tenemos que hacer sin degradar la base biofísica sobre la cual se erige todo el circuito económico[3]. Aludimos, de esta forma a la eficiencia y a la equidad, y no solamente entre los agentes sociales presentes, los cuales sabemos tienen capacidad de presión, y diferentes formas de representación y decisión, sino también entre los individuos y agentes sociales futuros.

En México se ha buscado instaurar un régimen jurídico normativo, que coordine las problemáticas ambientales y la utilización sustentable del stock de capital naturales, previendo en el grado de capacidades de dichas normas y su aplicabilidad hagan de ellas mecanismos efectivos de presentación del ambiente y de los recursos naturales.

En este mismo sentido la Carta Magna establece en su artículo diversas disposiciones de carácter ambiental que son la base del sistema jurídico actual. Es importante mencionar que a partir del artículo 27, que se refiere a la conversación de los recursos naturales, se ha dado suma importancia al medio ambiente.[4]

Como se ha dicho, el desarrollo sustentable lo encontramos implícito en el texto del artículo 27 constitucional donde se vislumbra el concepto de  conservación de los recursos naturales señalando que: “La Nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, así como el de regular en beneficio social, el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de apropiación, con el objeto de hacer una distribución equitativa de la riqueza pública, cuidar de su conservación, lograr el desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población rural y urbana…” “Conservación, mejoramiento y crecimiento de los centros de población; para preservar y restaurar el equilibrio ecológico…”[5].

Ante el creciente reclamo de la sociedad civil por crisis ambientales en zonas metropolitanas, en 1983 se crea la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE). No obstante, este avance institucional expresa la respuesta tardía del Estado ante la gravedad de la contaminación ambiental urbana y de la degradación ecológica acumulada en el país[6].

Más tarde, en 19888, se pública la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA, en México dio inicio un nuevo periodo, en el cual se añadieron a las prioridades de estado existentes: combate a la inflación, ajuste macroeconómico recesivo, apertura comercial y privatización económica, el desarrollo sustentable[7]. Dentro de esta ley se reunieron un conjunto de herramientas jurídicas que han hecho posible los avances en torno de la gestión ambiental, ya que no solo regulan la contaminación ambiental, sino que también incorpora el tema del uso sustentable de los recursos naturales. Además, existen otros ordenamientos que regulan conductas que inciden en la protección del medio ambiente como son la ley de Vida Silvestre, la Ley forestal, la Ley de pesca, la Ley de Bienes nacionales que ordena la Zona Federal Marítimo Terrestre, la Ley de Aguas Nacionales, entre otros.

Por otra parte la reunión de la Comisión de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), conocida como la Cumbre de Rio de Janeiro, se incorpora al derecho sobre el desarrollo de junio de 1922, el derecho que tienen las futuras generaciones en el principio Núm. 3 estableciendo: “el derecho al desarrollo debe ejercerse en forma tal que responda equitativamente a las necesidades del desarrollo y ambientales de las generaciones presentes y futura”; y en el principio Núm. 4 se postula el derecho al desarrollo sostenible como un fin a alcanzar diciendo. “A fin de alcanzar el desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente deberá constituir parte integrante del proceso de desarrollo y no podrá considerarse de forma aislada.[8] Dentro de esta ley, se reunieron un conjunto de herramientas jurídicas que han hecho posible los avances en torno a la gestión ambiental, ya que no solo regulan la contaminación ambiental, sino que también incorpora el tema del uso sustentables de los recursos naturales. Además, existen otros ordenamientos que regulan conductas que inciden en la protección del medio ambiente como son la Ley de Vida Silvestre, la Ley Forestal, la Ley de Pesca, Ley de Bienes Nacionales que ordena la Zona Federal Marítimo Terrestre, la Ley de Aguas Nacionales, entre otros.

Por otra parte, la reunión de la Comisión de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), conocida como la Cumbre de Rio de Janeiro, incorpora el derecho sobre el desarrollo de junio de 1992, el derecho que tienen las futuras generaciones en el principio Núm. 3 estableciendo “El desarrollo al desarrollo debe ejercerse en forma tal que responda equitativamente a las necesidades del desarrollo ambiental de las generaciones presentes y futuras”; y en el Núm. 4 se postula el derecho sostenible como un fin para alcanzar diciendo “a Fin de alcanzar el desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente deberá constituir parte integrante del procesos de desarrollo y no podrá considerarse en forma aislada”[9].

Al mismo tiempo, se dieron como resultado un conjunto de lineamientos estratégicos en torno a la instrumentación del desarrollo sostenible agrupados en un documento denominado Agenda 21, ratificado por México.

Al comienzo de la década de los ’90 con una lenta y muy concentrada recuperación económica, parecía que podríamos estar en el camino de consolidada el desarrollo sustentable, en embargo, los acontecimientos que se originaron en el país como el levantamiento armado en Chiapas en la misma fecha en que se ponía en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), así, así como la crisis institucional del país entero, los alejaron en todo de la sustentabilidad.

La lenta y tarde y evolución institucional del país en materia ambiental se muestra con la creación de la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (CONABIO) hasta 1992 y que a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE) se diera el paso a la SEDESOL, para que más tarde también en diciembre de 1994, se conformará la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).[10]

 La (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT)) fue creada con el compromiso del formulario y vigilar el cumplimiento de las leyes y normas en materia ambiental, así como de estimular el aprovechamiento racional de los recursos naturales renovables, no sólo para su preservación sino para asegurar el stock de capital natural del desarrollo económico nacional y contribuir a mejorar el nivel de vida de la población, garantizando son sustentabilidad presente y futura. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) se constituye en un con los recursos de varias dependencias públicas de la extinta Secretaría de pesca ni su Instituto Nacional de pesca de la Secretaría de agricultura y recursos hidráulicos de dónde provienen del área forestal de los organismos desconcentrados Comisión Nacional del Agua (CNA) e Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), del Instituto Nacional de la Ecología (INE) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), sectorizados de la Secretaría de Desarrollo Social, y de la parte relativa a la zona federal marítimo terrestre (ZOFEMAT), anteriormente ubicada en la Dirección General de Patrimonio Mobiliario de la Secretaría de la Contraloría General de la Federación.[11]

Durante décadas las estrategias y políticas de desarrollo subestimados costos económicos y sociales del crecimiento demográfico, la desigual distribución territorial de la población, el impacto de las actividades productivas y la urbanización sobre la calidad del aire, el agua y los suelos, eludiendo las implicaciones de la degradación y destrucción de los recursos naturales, lo cual se tratará de analizar mediante una revisión histórica de los principales indicadores económicos y ambientales.


Evolución histórica de los principales indicadores económicos y ambientales (1980-2007)

Evolución del presupuesto ambiental autorizado por el gobierno federal

Año

Secretaría del ramo

Presupuesto programable del Gobierno Federal

Presupuesto total del sector

Presupuesto destinado al medio ambiente

Porcentaje del presupuesto para el medio ambiente respecto del presupuesto federal

 

SEDUE

1990

SEDESOL

1994

Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT)

1996

Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT)

2000

Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) 2001

 

0.035

0.146

0.887

0.388

0.327

 

Tabla 1 Evolución del presupuesto ambiental autorizado por el gobierno federal 1990 -2001

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La gráfica tres muestra la promoción del gobierno dedica al medio ambiente de su presupuesto federal, destacando particularmente el año de 1990 ese es con una participación cercana al 0.9%, sin embargo, partir del año 2000 la tendencia nos sitúa por debajo de la mitad de esa cifra récord, cabe recordar que el presupuesto federal crecido considerablemente en esos años con respecto a los años anteriores y es probable que por ello la proporción se debe al disminuida.

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concepto 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004
Producto Interno Bruto (PIB) a precio de mercado 2,525,575,029 3,174,275,217 3,846,349,882 4,594,724,235 5,491,708,401 5,089,688,192 6,891,992,482 6,891,992,842 7,706,095,808
consumo de capital fijo 273,082,320 323,507,225 397,224,246 461,859,808 525,595,927 568,588,400 614,186,091 692,513,953 798,806,274
Producto Interno Bruto (PIB) neto 2,252,492,709 2,850,767,992 2,850,767,992 3,449,125,636 4,132,112,474 496,611,424 5,214,952 6,199,479,529 6,940,289,534
Costos totales 259,038,998 344,053,924 418,104,184 500,405,846 573,158,465 591,411,907 620,777,779 653,954,097 712,343,508
Costos por 22,535,037 37,800,834 37,734,913 44,486,775 55,383,401 51,738,401 55,473,506 57,162,762 69,872,918
Costos por 236,503,961 306,253,090 382,369,271 455,919,070 517,755,064 539,673,272 565,304,272 596,791,335 642,470,590
Producto Interno Bruto (PIB) ecológico 1,993,453,709 2,506,714,068 3,031,021,452 3,632,458,581 4,392,954,009 4,649,753,885 5,028,172,773 5,545,524,432 6,227,946,027

En la tabla 2 es interesante compara los conceptos de consumo de capital fijo, comúnmente denominada depreciación, es decir, el desgaste del capital requerido para llevar a cabo la producción y del cual las empresas, tienen fondos de depreciación para suplir dicho equipo de capital al término de su vida útil con los costos ambientales, esto es, el consumo del stock de capital natural requerido para la producción. Dado que estos dos conceptos tienen valores muy semejantes, esto puede ser un acercamiento para calcular la sustentabilidad económica de nuestro desarrollo; uno de los puntos medulares del desarrollo sustentable es hacer compatible el desarrollo económico con el medio ambiente. Por lo tanto, a partir de estos datos y los que expondremos a continuación estaremos en condiciones de evaluar el desarrollo sustentable con relación al crecimiento económico en los últimos años. A continuación, se presenta una serie de gráficos en los cuales se intenta resaltar el crecimiento económico de las últimas décadas con el concepto de desarrollo sustentable

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Gráfica  2 Impacto del deterioro ambiental en el Producto Interno Bruto (PIB)

En la gráfica 2 podremos observar con claridad como los costos ambientales son muy semejantes a los de consumo de capital fijo, en otras palabras la depreciación del capital en este periodo corresponde casi exactamente con la depreciación natural, con la salvedad de que el primero es cubierto en sus costos por las empresas que sufren dicha depreciación y que el segundo es un bien público, para el cual la inversión se hacer en resarcir su deterioro es mínima y no es capaz de revertir dicha desacumulación del stock de recursos naturales.

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Gráfica  3 Evolución histórica del consumo del capital fijo y costos ambientales en miles de pesos (1996 – 2004)

La gráfica 3 muestra la evolución histórica de 1997 a 2004 respecto a los costos por degradación ambiental y los gastos ejercidos por el Gobierno Federal con el objetivo de contener, y resarcir dicha degradación.

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Tabla 2 Proporción Gastos ambientales en relación de los costos ambientales totales (1997 - 2004)

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Como podemos ver la proporción del presupuesto destinado a resarcir el deterioro ambiental en relación con sus costos totales es claramente insuficiente en la tabla podemos observar dicha proporción.

Como podemos observar, una proporción promedio de 5.10% en el periodo de 1997 – 2004, es insuficiente para resarcir la pérdida del capital natural, lo cual nos aleja del concepto de desarrollo sustentable ya que nuestro crecimiento económico se debe en gran parte al no pago por el consumo del stock de capital natural.

Por otra parte, en la tabla 4 nos muestra la proporción de los costos ambientales totales con relación al Producto Interno Bruto (PIB) para el periodo de análisis. Tenemos el Producto Interno Bruto (PIB) a precios corrientes, los costos ambientales y la relación entre estos, es decir, la proporción entre los costos ambientales y la relación entre estos, es decir, la proporción entre los costos ambientales con relación al Producto Interno Bruto (PIB). Como vemos parece que disminuye en 2000 a 2004 en términos relativos, pero si lo vemos en términos absolutos esto no es así. Se consume mucho más ahora, esto quiere decir, que no se está haciendo un uso sustentable de los recursos.

1994

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

Producto Interno Bruto (PIB) a precio de mercado

   6,891,992,482

Costos

      653,964,097

11%

11%

11%

10%

10%

10%

9%

9%

Tabla 3  Proporción de los Costos Ambientales totales con relación al Producto Interno Bruto (PIB).

En la tabla 3 podemos observar las tasas de crecimiento del PIN de 1997 a 2004, a la cual le descontaremos la parte de ese crecimiento obtenida mediante el abatimiento de los recursos naturales.

Concepto

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

Producto Interno Neto

27%

21%

20%

20%

6%

8%

10%

12%

Inflación

9%

12%

9%

8%

4%

6%

4%

6%

Crecimiento deflactado

18%

9%

10%

12%

1%

2%

6%

6%

Proporción entre los costos ambientales totales con relación al Producto Interno Bruto (PIB)

11%

11%

11%

10%

10%

10%

9%

9%

Crecimiento deflactado

7%

-2%

-1%

2%

-9%

-8%

-4%

-3%

Tabla 4 Tasas de Crecimiento del PIN, en valores corrientes, descontando la utilización de la capital natural representada en los costos ambientales (1997 - 2004)

De acuerda con la tabla 4, una vez descontado el crecimiento económico, la tasa de depreciación del capital natural, los resultados del crecimiento económico pueden ser negativos teniendo para el periodo de análisis una tasa promedio de crecimiento negativa de -2%.

Para finalizar diremos que el concepto de desarrollo sustentable se implementó en México como resultado de acuerdos internacionales, muchos de los cuales tienen que ver con las políticas liberalizadoras que impusieron en todo el mundo a partir de la década de los ’80. Podría decirse que durante su primera etapa este concepto se quedó en un ámbito, discursivo e institucional, aunque si se formaron nuevas dependencias encargadas de implementar dicho concepto, sin embargo, es hasta la década de los ’90 y


 particularmente a partir de 1996, cuando podemos observar un crecimiento sustancial en el gasto de gobierno con propósitos ambientales.

Es indudable que se ha avanzado mucho en estas décadas, sin embargo, al comparar los discursos con los datos económicos sólidos, no superan esta prueba, lo que da como resultado un crecimiento económico basado en la insustentabilidad del aprovechamiento de los bienes públicos del stock capital natural y una tasa de inversión promedio de 5.10% con el fin de resarcir el abatimiento de los recursos.

De esta manera parece que el desarrollo sustentable continúa siendo un discurso difícil de alcanzar en una nación que tiene como proporción de su Producto Interno Bruto (PIB) un 10% de degradación ambiental y que solo invierte aproximadamente el 5% del valor de su consumo de los recursos naturales.

Conclusiones.

El modelo actual de desarrollo no ha podido dar solución a los grandes problemas que enfrentan hoy en día los países subdesarrollados, por el contrario, los ha agudizado, reflejando un cada vez mayor empobrecimiento de la sociedad y un enriquecimiento desmedido de unos pocos. Además, este modelo de “desarrollo” ha contribuido de manera constante al deterioro del stock de capital natural y en consecuencia el deterioro de la calidad de vida de la población.

En nuestro país, el error ha sido el desmedido uso de los recursos naturales bajo el criterio de la rentabilidad inmediata, provocando la destrucción de recursos potenciales cuyo valor no se refleja en el mercado.

Esta problemática se agudiza más, dado que el deterioro del medio ambiente resultado de la acción del hombre es a la vez el elemento condicionante del desarrollo social, de manera que un desarrollo económico como el que se ha dado en nuestro país afecta la base misma del desarrollo social. Por tanto, a pesar del crecimiento económico nacional, no se ha tomado en cuenta la preservación del ambiente, por el contrario, se ha venido degradando cada vez más, debido, probablemente a la visión cortoplacista de la satisfacción de las necesidades económicas.

 

Bibliografía

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[1] Encimas Alejandro (2002). La sustentabilidad del desarrollo y la integración de las políticas. Economía, sociedad y medio ambiente. Reflexiones y avances hacia un desarrollo sustentable en México. Obtenido el día 25 de mayo de 20004 de http://www.redmeso.net

[2] Jardon U. Juan J. (1995) Energía y Medio Ambiente una perspectiva económica y social Edit. UNAM México pág.100.

[3]

[4] Op. Cit.

[6] Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Capitulo I de las Garantias Individuales Articulo 27.

[7] Instituto Nacional de Ecología, Evalolucion y Evaluación desarrollo institucional en materia de prevención de riesgos de accidentes químicos, obtenido del www.ine.gob.mx

[8] Muñoz Villareal, Carlos y Gonzales Martines, Ana Citlalic (2000) Economía, sociedad y medio ambiente. Reflexiones y avances hacia un desarrollo sustentable en México. Obntenido el día 26 de mayo de www.redmeso.net

[9] García Collin Leopoldo y Bauer Ephrussi Mariano. Energia, Ambiente y Desarrollo Sustentable (el caso de México)UNAM Programa Universitario de Energía. El Colegio Nacional de México, México 1996 pág.92

[10] Ibid

[11] Belausteguigoitia Rius Juan Carlos. Avances en la institucionalización del desarrollo sustentable en México. Reflexiones y avances hacia un desarrollo sustentable en México. Obtenido el día 26 de mayo de 2007 de www.redmeso.net

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