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jueves, 17 de enero de 2019

La crisis ambiental contemporánea

La forma en como el ser humano ser relaciona con el medio ambiente.

La relación del ser humano con el ambiente siempre ha sido contradictoria. Por ejemplo, destruyendo para sobrevivir, por otro lado, reproduciendo o garantizando la reproducción de seres vivos (agricultura, ganadería, zonas de prohibición de caza-pesca, etc.), también con el propósito de vivir mejor. La conciencia de esa doble necesidad siempre estuvo presente[1]. Cualquier historia ambiental del mundo muestra que las necesidades menos desarrolladas tecnológicamente sufrieron de crisis ambientales, en la mayoría de los casos por depredar recursos naturales hasta su extinción (Crosby, 1988; Poting, 1992).

Hoy en día es reconocida la participación de hombres y mujeres que cruzaron el “puente” de Beringia, desde el noreste asiático hasta Alaska hace unos 12000 años, en la extinción de mamuts, mastodontes y otros grandes mamíferos, a medida que avanzaban hacia el sur del continente americano. La conocida tesis de Martín (1984) sobre el papel de grupos de cazadores paleolíticos en la extinción de animales en continentes de colonización tardía, ha sido una prueba de los efectos directos e indirectos que pueden provocar sociedades con tecnologías “simples” sobre el medio ambiente en el largo plazo; aun cuando otras variables, como cambios climáticos, puedan intervenir (Haynes, 2002). La responsabilidad de los cazadores y recolectores en la extinción de la megafauna en los continentes de colonización tardía se repite con las grandes aves en las islas (Steadman y Martín, 2003); Anderson 2002; Leakey y Lewin, 1998). La fragmentación de hábitat por tala de bosques, la caza indiscriminada y la introfragmentación de hábitat por la tala de bosques, la caza indiscriminada y la introducción de especies de animales predadores exóticos, no son causas que difieran cualitativamente de las que contemporáneamente se identifican como responsables de extinciones, Leacky y Lewin concluyen:

No hacen faltan máquinas de deforestación másica para ocasionar grandes daños ambientales. Las sociedades con tecnología primitiva han establecido en el pasado reciente una marca insuperada en este sentid, ya que desencadenaron lo que en palabras de Storrs Olson fue “una de las más rápidas y graves catástrofes biológicas de la historia de la Tierra” (1998:192)

La destrucción de la megafauna es solo la manifestación más visible de las transformaciones que, desde los homínidos antecesores del Homo sapiens, se venían causando a los ecosistemas.

También las especies no humanas están sujetas a la posibilidad de depredar o degradar elementos vitales para su reproducción. El caso más notorio fue de las cianobacterias anaeróbicas que hace 3,600 millones de años y como resultado de la falta de compuestos de carbono prebióticos, comenzaron a utilizar la luz solar (fotosíntesis) para separar las moléculas de carbono del agua. Con ello liberaron oxígeno que inundo la atmósfera y que, paradójicamente, se convirtió en un gas toxico par aquellas bacterias que vivían en ambientes sin oxígeno. Los seres vivos aeróbicos pudieron reproducirse y diversificarse gracias a dicha transformación de la atmósfera. A nivel local, son conocidos los múltiples casos de erosión del suelo por cabras, de avance de hierbas o arboles sobre nuevos ecosistemas como resultado de bruscos cambios ambientales, etc. La mayoría de las especies no cuenta con un sistema de autorregulación, según las condiciones del medio en que se encuentra. Y también, algunas especies reproducen instintivamente otros seres vivos, que son fuente de sustento como los hongos que son criados por las hormigas para alimentarse. Y muchas utilizan instrumentos para transformar el medio ambiente a sus necesidades como las represas que construyen los castores.

Lo que es distinto de la especie humana no es, entonces, ni el efecto degradante sobre el medio ambiente ni la transformación de ese ambiente para sobrevivir. Lo que es específico es que ese metabolismo con la naturaleza externa se da de forma mediada. El ser humano transforma que el medio ambiente externo usando instrumentos que, a diferencia de los usados por otras especies, son acumulados de generación en generación. Esta característica propiamente humana, genero a manera de un bumerang, efectos al interior de la propia especie humana. Los instrumentos acumulados son factibles de apropiación y monopolio. Con ello, la sociedad humana se dividió en grupos y clases sociales, según la relación de propiedad y apropiación de esos medios de producción que fueron siempre la base para transformar el ambiente externo. Así, al mismo tiempo que el ser humano transformaba el medio externo, se transformaba a sí mismo. Las relaciones de producción que se establecen entre las clases y grupos o sectores a cada etapa de la historia de la humanidad condicionan la forma como se modifica el ambiente externo. La relación del ser humano con su medio ambiente, y las posibles crisis derivadas, están condicionadas por sus contradicciones internas.

¿Qué son los problemas ambientales?

La preocupación por el medio ambiente no debe basarse ni en la utilización de recursos naturales ni en la generación de residuos. Eso es algo natural, inevitable, y común a cualquier especie de ser vivo. La preocupación debe surgir cuando esos recursos son utilizados a un ritmo mayor a las capacidades de la naturaleza por reproducirlos; o cuando los desechos son generados a un ritmo también mayor a la capacidad de absorción de la naturaleza. Los problemas ambientales surgen, en cualquier casi, de una contradicción entre el ritmo de los ciclos biogeoquímicos, y el ritmo de los ciclos de producción humana, para un nivel determinado de desarrollo de las fuerzas productivas. El diagrama 1 ilustra esa contradicción y muestra como todos los problemas ambientales pueden ser reducidos a dos grandes grupos: depredación y contaminación.

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El carácter contemporáneo de la crisis ambiental.

Con la generalización de las relaciones capitalistas, que fue posible por la Revolución Industrial, la relación del ser humano con la naturaleza externa sufrió modificaciones significativas en su ritmo, amplitud, nivel, profundidad y grado de conciencia.

Modificacion3es de ritmo o velocidad, porque la producción capitalista tiene como forma de organización social al mercado. El mercado está regido por la competencia, que obliga a producir siempre más. Con ello la utilización de los recursos naturales da un salto significativo, al igual que la generación de residuos.

Modificaciones de amplitud, porque la producción capitalista, debido a las necesidades de la competencia, se expande a todo el globo terráqueo. Con ello el mayor ritmo de extracción de recursos y generación de desechos se internacionaliza, pero también se profundiza la distancia entre el lugar donde los recursos fueron extraídos y el lugar donde los desechos son lanzados. Ese aumento de la distancia entre lugar de origen y de destino de los materiales complica aún más el metabolismo de reciclaje natural, ya que concentra materiales iguales fuera de los ecosistemas donde fueron generados.

Modificaciones de nivel, porque la utilización de la fuerza del vapor primero, y de los combustibles fósiles como el carbón y el petróleo, o la electricidad permitieron un gran salto en las fuerzas productivas, con lo cual nuevos materiales y más distantes, tanto en extensión como en profundidad, fueros posibles de ser apropiados por el ser humano. Pero al mismo tiempo, hubo un cambio de la fuente de energía. Mientras las sociedades preindustriales utilizaban energía derivada de la fotosíntesis (básicamente madera y otros seres vivos), la sociedad industrial ha basado, hasta ahora, su energía en combustibles fósiles. Esta diferencia cualitativa tiene importantes implicaciones en la depredación y contaminación de los ecosistemas.

Con la tercera revolución industrial (de la micro-optoelectrónica, y el satélite, y la biotecnología) que comenzó en la década de los ’70 del siglo XX otros elementos se agregaron a los anteriores. Por un lado, una modificación en la profundidad de transformación de la naturaleza, con la creación de productos no biodegradables y de nuevos seres vivos.

Por otro, una modificación en la conciencia hegemónica. La ideología dominante, que durante casi dos siglos de capitalismo no presto mayor atención a los efectos degradantes de la acción humana sobre el medio ambiente, comenzó a preocuparse explícitamente. Algunos de los recursos naturales para el proceso productivo parecían agotarse, y la contaminación de cauces de agua y el aire de las ciudades generaba resultados perjudiciales para la salud humana y de gran costo económico. Al concepto de desarrollo, que pareció ser suficiente hasta la década de los ’50, hubo de agregarle el adjetivo sustentable, para considerar la necesidad de un desarrollo sustentable, o sea un desarrollo permanente.

El concepto de desarrollo sustentable y la apropiación humana de los ecosistemas.

El concepto de desarrollo sustentable que se divulgo en todo el mundo fue el anotado en el en libro Nuestro futuro común, un informe sobre la cuestión ambiental encomendado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) a un grupo de expertos y publicado en 1986. La definición reza así “Desarrollo sustentable, es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las posibilidades de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades” (WCED, 1987: 43)

Esta definición encierra en sí misma, dos elementos que deben ser considerados. Por un lado, la equidad intrageneracional; por otro, la equidad intergeneracional. No obstante, el argumento para lograr ambas es la utilización futura. En realidad, y como puede ser demostrado mediante el análisis de las políticas de desenvolvimiento sustentable, o de los indicadores que se utilizan para medirla, el objetivo del desarrollo sustentable ha sido proteger la naturaleza externa. Para ello se considera a la sociedad humana como una unidad, como si en su interior no existiesen diferencias. Es decir, precisamente la particularidad del comportamiento humano con su ambiente, que es el de ser un resultado del tipo diferenciado de relaciones sociales de producción es permanentemente ignorado. Las relaciones de producción capitalistas no son discutidas en la teoría del desarrollo sustentable.

Uno de los objetivos es mostrar que la cuestión ambiental contemporánea no solo implica un alto grado de riesgo para las generaciones futuras, sino que también presenta un importante nivel de incertidumbre en cuanto a los conocimientos que se tienen. No obstante, lo que parecería estar fuera de discusión es que el ser humano ha llegado a tener una presencia en la biosfera nunca vista y con un grado de extensión y profundidad irreversible, esa presencia humana en la biosfera:

La alteración humana de la tierra es consubstancial con su crecimiento. Entre un tercio y la mitad de la superficie del suelo ha sido trasformada por la acción humana, la concentración del dióxido de carbono en la atmósfera se ha incrementado en aproximadamente 30% desde el comienzo de la Revolución Industrial; más nitrógeno atmosférico es fijado por la humanidad que por cualquier otra fuente natural combinada; más de la mitad del agua fresca accesible en la superficie es usada por la humanidad; y acerca de un cuarto de especies de pájaros de la tierra han sido conducidos a la extinción. Mediante estos y otros indicadores, es claro que vivimos en un planeta dominado por el ser humano (Vitousek et.al., 1997: 494)

Vitousek propone un modelo conceptual que permite visualizar los efectos directos e indirectos de la actividad humana sobre el sistema tierra. El crecimiento poblacional y el aumento de la utilización de los recursos se mantienen a través de emprendimientos humanos como la agricultura, industria, pesca y comercio internacional. Estos emprendimientos transforman la superficie de la tierra, alteran los ciclos biogeoquímicos y modifican la condición biología de los ecosistemas. Los dos principales resultados que los autores anotan son el cambio climático y la pérdida de la diversidad biológica.[2]


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El siguiente diagrama muestra la amplitud de la actividad humana en porcentaje sobre el total de diversos elementos (suelo, concentración de CO2, uso de agua, fijación de nitrógeno, invasión de plantas, extinción de pájaros, y pesquerías marinas).

Si bien estos cambios están “relativamente bien documentados”, existen muchas incertidumbres y controversias sobre sus implicaciones ¿Constituyen estas transformaciones de la biosfera un problema para las futuras generaciones? La cuestión no es que el ser humano haya avanzado significativamente en la utilización y modificación de la biosfera, sino si dichos cambios empeoran o mejoran las condiciones para perpetuar la vida humana.

La problemática ambiental presenta dos características combinadas que dificultan una “toma de posición” por parte del público. La primera es que abarca una cantidad tan amplia de conocimientos científicos que con facilidad lleva a convertirla en una discusión de especialistas. La segunda es que los elementos están interrelacionados que no es posible modificar uno de ellos sin que sus repercusiones alcancen a los demás.

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(Expresados, de izquierda a derecha, como porcentaje: de la superficie del suelo transformado, de la concentración actual de CO2 resultado de la acción humana, del agua fresca accesible utilizada, de la fijación de N terrestre por uso humano, de especies de pájaros que han sido extinguidos en los últimos 2000 años como consecuencia, la mayoría de ellos, de la actividad humana y de las principales capturas marinas que han sido totalmente explotadas, sobreexplotadas y depredadas).

El resultado, es que en algunos medios la problemática ambiental aparece como “catastrófica”; en otros, aparece como algo fácilmente superable por medio de la ciencia y sus implementaciones técnicas. En los dos casos, la discusión tiende prioritariamente a realizarse sobre un terreno formal, técnico y apolítico cuando el principal problema ambiental no es de un ambiente ajeno al ser humano, sino que radica con la propia naturaleza interna la sociedad humana, sino que radica en la propia naturaleza interna de la sociedad humana, altamente diferenciada y contradictoria en su relación con el medio ambiente. De manera que a los desacuerdos y lagunas del conocimiento científico se suman los intereses de distintas clases, países y sectores de la sociedad humana, que son definitivos cuando se pretender evaluar la gravedad del problema, y más aún cuando se busca diseñar políticas para su corrección.

Los grandes problemas ambientales contemporáneos.

Cambio climático

Por cambio climático se entiende una serie de transformaciones en el clima de la Tierra que impacta significativamente los ecosistemas, la vida en general y la vida humana en particular. Se trata de uno de los principales problemas ambientales contemporáneos, junto a la pérdida de la biodiversidad y el “agujero” de la capa de ozono. Aunque los problemas están interrelacionados y ejercen sinergias entre ellos, se atribuye al aumento de la temperatura provocado por el ser humano, la principal causa del cambio climático.

El Sol irradia calor a la Tierra diariamente en forma de luz. Aproximadamente un 50% de esa luz es reflejada nuevamente al espacio, se por las nubes o por la propia tierra. El otro 50% calienta la tierra convirtiéndose en energía termina. Parte de esta energía termina vuelve nuevamente al espacio como radiación infrarroja (aproximadamente 400 vatios por día por metro cuadrado). Pero, una parte (160 vatios por día por metro cuadrado) queda atrapada por la atmósfera, lo que provoca el efecto invernadero. Este efecto se modifica continuamente por diversos factores, como la abundancia y altitud de las nuevas que hace que la reflectividad aumente o disminuya: las particulares en la atmósfera que pueden interceptar la luz, los glaciares cuyo aumento refleja más la luz, el viento que levanta olas que hacen disminuir el reflejo del mar, la circulación atmosférica que varía la disposición de las nubes, etc. Dentro de estos elementos también están los llamados gases de efecto invernadero, producidos por la evaporación del agua, la acción de los volcanes, la producción de gases por los animales, la fermentación de los pantanos, etc. Estos gases son el vapor de agua, el dióxido de carbono, el metano, el ozono, los clorofluorocarbonos, óxidos nitrosos y otros de menor importancia; todos ellos retienen en la atmósfera los rayos infrarrojos emitidos por el suelo aumentando la temperatura atmosférica.

El ser humano también genera estos gases mediante el consumo de combustibles fósiles, la quema de biomasa, la cria de ganado y otras actividades. En algunos casos la producción es directa, como en la quema de combustibles fósiles, o en la fermentación de los desechos de la agricultura, o en la cria de ganado que expulsa metano. En otros casos es indirecta, como en la deforestación, donde se destruye vegetación que deja de consumir y almacenar carbono, aumentando su magnitud en la atmósfera.

Según las estimaciones, el ser humano ha aumentado significativamente las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera por la combustión de carbón y petróleo en el último siglo y medio. A mediados del siglo XIX la atmósfera contenía 280 partes por millón (ppm) de CO2, hoy tiene 367, o sea un incremento del 30%. De allí, se deriva la conclusión de que la atmósfera terrestre se ha venido calentando por esta causa a razón de 0.5ºC en el último siglo. De manera que el calentamiento global ha pasado a ser el tema central del cambio climático, la producción de CO2 el principal culpable. Claro está que esto no sería un problema de no ser por los efectos que el calentamiento podría provocar para la humanidad, como veremos a continuación.

Efectos del calentamiento global.

Se estima que el calentamiento global provocara efectos significativos en los ecosistemas, con extinciones masivas de especies que no podrán adaptarse al rápido cambio del clima y con migraciones en otros casos. Para el ser humano las consecuencias serían múltiples, las principales esta enumeradas en el cuadro resumen. La primera es la elevación del nivel de los océanos, que se estima será entre 15 a 95 centímetros por media en un siglo. Esto implicara catástrofes para las poblaciones costeras que habitan en islas y en deltas, con las consecuentes migraciones. La segunda es el cambio de las actuales zonas de cultivo que se verán desplazadas hacia nuevas. Es probable que el desplazamiento hacia latitudes más altas (polos) sea de entre 150 a 550 kilómetros en un siglo. Esto implicara una redistribución geoeconómica y geopolítica de los cultivos e industrias asociadas. Paralelamente, zonas actualmente humedad y fértiles podrán desertificarse. Es claro que ligado a estos cambios en los ecosistemas están los relacionados a las reservas de agua dulce, que se verán afectadas por los cambios en los patrones de precipitación y evaporación. Y también, de muchas enfermedades tropicales que avanzaran a zonas nuevas, como es el caso de la malaria, fiebre amarilla, dengue y otras.

Biodiversidad.

Por biodiversidad podemos entender la diversidad o variación de organismos a todos los niveles, ya sean variaciones genéticas de una especie[3], hasta diversas series de especies, géneros, familiares y otros niveles taxonómicos superiores. El concepto se considera la variedad de ecosistemas[4], abarcando tanto las comunidades[5] de organismos de uno o más hábitat[6], como las condiciones físicas en las cuales viven (Wilson 1994).

El estudio de la biodiversidad presenta dos ámbitos de trascendencia clave. Por un lado, tiene implicaciones ecológicas sustantivas a la hora de comprender el funcionamiento de los ecosistemas y, por lo tanto, en la generación de los recursos y servicios que son cruciales para la existencia humana. Por otro, las implicaciones económicas son trascendentes cuando se discuten las causas económicas de la pérdida de biodiversidad, cuando se valoran económicamente sus cambios y cuando se visualiza su papel en la estrategia de desarrollo sustentable.

Implicaciones ecológicas de la biodiversidad.

La diversidad de especies tiene consecuencias funcionales sobre los ecosistemas, ya que el número y tipo de especies presentes determinan las características organizas que influencias los procesos ecosistémicos. Las características de las especies determinan la mediación de flujos de energía y materia directamente y pueden alterar las condiciones abióticas que regulan las tasas de los procesos. El componente de la diversidad de especies que determina esta expresión de características incluye el número de especies presente (riqueza), su relativa abundancia (uniformidad), presencia de especies particulares (composición), las interacciones entre especies (efectos no aditivos) y la variación temporal y espacial en estas propiedades. en adición a sus efectos sobre el funcionamiento, la diversidad de especies influencia la resiliencia de los ecosistemas del cambio ambiental (Chapín III et.al. 2000).

La dimensión ecológica de la biodiversidad tiene que ver con el rol que cumple cuando consideramos el funcionamiento y propiedades de los ecosistemas. El funcionamiento de un ecosistema puede comprenderse mediante el modelo de estadios o fases propuesto por Holling (1986 Apud Barbier et. al 1994). Estas cuatro funciones o estadios son: explotación, conservación, liberación (reléase) y reorganización. La estabilidad[7] y productividad[8] del ecosistema son propiedades determinadas por los estadios de explotación y conservación, mientras que la resiliencia (capacidad de un sistema de recuperarse luego de un stress)[9] es determinada por los estadios de liberación y reorganización.

La principal importancia ecología de la biodiversidad es su rol de la preservación de la resiliencia de los ecosistemas. Este rol se cumple debido se cumple debido a que la biodiversidad provee las diferentes unidades a través de las cuales fluye la energía u por el aporte al sistema de la capacidad para responder a eventos sorpresivos. La acumulación de gran cantidad de información genética permite que el funcionamiento ecosistémico pueda ser reconstruido bajo una enorme gama de condiciones y circunstancias. Si bien no toda la información tiene la misma importancia para eventos futuros, se detecta una gama de especies subóptimas, algunas de las cuales son de gran importancia potencial para reconstruir los ecosistemas si las condiciones cambian. Esas especies, denominadas especies pasajeras (Passenger species) o especies que aseguran la vida (life insurance species) juegan un rol que no puede ser ignorado cuando consideramos la evolución de los ecosistemas a través del tiempo. Son especies que no son clave para la performance actual del sistema, pero en determinadas circunstancias pueden transformarse en especies clave (keystone process species) durante la reorganización interna de un ecosistema las especies pasajeras pueden ser consideradas como un seguro de capital natural porque podrían sustentar la generación de servicios ecológicos en el futuro.[10]

Implicaciones económicas de la biodiversidad

Las implicaciones económicas de la pérdida de biodiversidad se relacionan con los impactos para el bienestar humano. Las principales formas pueden resumirse en los siguientes ítems:

·         El bienestar de las presentes generaciones puede ser afectado por impactos en los recursos biológicos y servicios ecológicos debido a la disminución de la biodiversidad de actual[11].

·         Complicaciones a futuro pueden ser generadas por la ignorancia de los individuos, que los lleve a no reconocer las implicaciones globales de la pérdida de biodiversidad.

·         Puede existir preocupación tanto por la equidad intergeneracional como por la siguiente intergeneracional.

La biodiversidad puede afectar el bienestar del futuro, en la medida que se ha pensado como puesto el bienestar de las actuales generaciones.

Indicadores de biodiversidad y de su pérdida.

La biodiversidad se encuentra pobremente caracterizado desde el punto de vista geográfico, taxonómicos y ecológico. No mandamos a un o una idea aproximada de la cantidad de especies que existen. Las estimaciones globales varían entre cinco y sin cuenta millones de especies,[12]Pero las descritas taxonomías la mente no superan a los 1.7 millones. De mantenerse el reino actual de descripción de nuevas especies, que oscila de los 13000 por año en promedio y sigue poniendo que le estimaciones bajas (cinco millones) serían necesarios 385 años para que los taxónomos contarán con un inventario completo.[13]

En relación con la pérdida o erosión de la biodiversidad, existen varias estimaciones que divergen mucho en las tasas de extinción de especies registradas. Holdgate presenta estimaciones realizadas con diversos actores en donde se puede apreciar este hecho, a saber: un millón de especies entre 1975 y 2000(Myers,1995); 15 a 20% de todas las especies entre 1980 y 2000(Lovejoy, 1980; 2000 especies de plantas por año en trópicos y subtrópicos (Raven 1987); 25% de las especies entre 1985 y 2015 (Raven 1988); al menos 7% de las especies de plantas (Myers, 1995); entre 0.2 y 0.3% de las especies por año (Wilson 1988,1989); 2 a 18% de todas las especies entre 1990 y 2015 (Reid, 1992).[14] Como puede apreciarse, las variaciones son muy importantes, pero aun así, puede sostenerse que el grado de pérdida que se registra actualmente es muy grande. La tasa actual de pérdida de variabilidad genética de poblaciones y especias ex sede en un orden entre cien y mil veces la que ocurría antes de la dominación humana del planeta.

Conclusiones

La crisis ambiental mostraba, por algunos medios o autores, como algo propio del sistema industrial. Esto es parcialmente cierto. De hecho, la humanidad siempre paso por contradicciones sobre su medio ambiente y crisis. Lo importante es ver la especificidad de la problemática ambiental presentado bajo producción industrial. Los límites físicos en términos absolutos poco explican. Sigue los ritmos humanos de degradación del ambiente estuviesen en sintonía con el ritmo de reciclaje de la naturaleza a realizar no habría problema alguno. Entonces la cuestión central debe colocarse en los ritmos humanos, lo cual nos lleva a la reforma de producción, o sea nuevamente son las relaciones sociales de producción que constituyen el punto de partida para entender cualquier relación de la sociedad actual cual su medio ambiente.

Por otro lado, un análisis detenido de la información científica generada en torno a las dos problemáticas ambientales más importantes, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, indica que existen numerosos puntos de incertidumbre, controversia y falta de conocimiento. A diferencia de lo que los grandes centros de difusión científica internacional vinculados a la temática, humor los medios de comunicación masiva proclaman como el chat y controvertidos y científicamente documentados, existen enormes lagunas de conocimiento científico de controversias referidas a las cuestiones centrales de las crisis ambientales.

Las controversias e incertidumbres de mayor dimensión se localizan en el terreno del cambio climático. Existen científico es que cuestionan la existencia real de la problemática e inclusive sostienen que los eventuales cambios climáticos podrían ser benéficos para la humanidad. En el campo de la biodiversidad existe la certeza de que los ritmos de pérdida de especies son mayores a los que existían antes de la dominación humana del planeta, pero a la hora de cuantificar el fenómeno, no existen indicadores consolidados, ni unánimemente aceptados. Asimismo, en el momento de establecer umbrales críticos de biodiversidad para el funcionamiento de los ecosistemas y consecuentemente el cumplimiento de los servicios, no existen indicadores qué objeto tiene la dimensión del fenómeno. En este caso, se invoca el principio de precaución, intentando evitar posibles efectos perversos de una pérdida de biodiversidad que no podemos, por el momento, caracterizada mediante el indicador es científicamente sólidos.

Junto a este enorme cúmulo de incertidumbres de controversias existe una dimensión política de la distribución que muchas veces no es posible y otras no se viste ropaje científico.

Los acuerdos internacionales y nacionales que presionan para modificar los patrones actuales de producción de tecnología provocan de forma inmediata un giro en la orientación de las ganancias. Los dos casos que analizamos el de la biodiversidad y el del cambio climático son elocuentes de ello. El caso de la biodiversidad los Estados Unidos rechazaron el acuerdo de Río por la presión de las transnacionales farmacéuticas que proclamaban participación en la patente del eventual material genético descubierto de los países del tercer mundo como dijo el presidente Bush (Padre) en su momento, “en cuanto a la biodiversidad es importante proteger nuestros derechos, nuestros derechos económicos”. El caso del cambio climático, las negociaciones pasaron rápidamente de las restricciones de las emisiones de gases de efecto invernadero a cómo negociar las cuotas y otros mecanismos de mercado. S transmutación de intereses de la contaminación física por intereses comerciales ha llevado a la periodista Rivera – experta en las negociaciones sobre cambio climático – a expresarse así:

Donde hace unos años prácticamente se hablaba tan sólo de aumento de la temperatura media de la tierra, de impactos del cambio climático y de medidas políticas que debían tomarse, se discute ahora de cotizaciones en bolsa, de créditos de emisión, el riesgo de que se formen monopolios, de vaivenes del mercado o futuros y de pólizas de seguros para quien no pueda permitirse comprar esos gritos cuando les haga falta (Rivera, 2000;166-167)

Desde la Cumbre de la Tierra y realizada en Rio de Janeiro en 1992 se ha movilizado grandes sumas de dinero de las Naciones Unidas para enfrentar el cambio global. Estos fondos son administrados por el Banco Mundial, a pesar de las fuertes críticas que ha tenido por impulsar proyectos contaminantes. No es novedad que las grandes corporaciones trasnacionales efectúan un fuerte lobby para orientar estos fondos en su beneficio, lo que ha llevado a la ecologista Vandana Shiva a decir que “los recursos financieros llevan para el Fondo del Protocolo de Montreal para transferencia de tecnología son en efecto subsidios para Du Pont (y otros) y no para que el tercer mundo reoriente su reproducción como estaba previsto” (citado por Karliner, 1997;51)

En un estudio sobre las grandes corporaciones y el medio ambiente, Karliner (1997) muestra como la presión de los movimientos ambientalistas y también de los gobiernos y reglamentos internacionales fuerzan a las grandes corporaciones, que son las que más contaminan el medio ambiente, a invertir grandes sumas de dinero en tecnologías de control, dando surgimiento a una “industria ambiental”. Según un estudio de la OECD el mercado mundial de equipamiento y servicios ambientales alcanzaría en el año 2000 los 300,000 millones de dólares y según uno de la Corporación Internacional de Finanzas utilizando un criterio más amplio llegaba a los 600,000 millones de dólares. Si se considera que la industria de productos químicos es de 500,000 millones y la aeroespacial es de 180,000 millones, puede verse que el llamado “negocio de lo verde” es promisorio.

La preocupación por el cambio climático también constituye una dimensión apropiada para la globalización política. Por primera vez en la historia, la humanidad es colocada frente a retos de escala planetaria. El clima afecta prácticamente cualquier actividad productiva, así como la vida cotidiana y salud de la población mundial y los demás seres vivos, al mismo tiempo que cualquier actividad productiva tiene consecuencias climáticas. Y por si esto fuera poco ambas interrelaciones están marcadas por el hecho de su globalidad, de donde las fronteras políticas y económicas deberían subordinarse a la lógica físico-natural. Se suma a esta que una nueva “conciencia ambiental” permite la concepción de las más variadas utopías, provenientes de los más diversos sectores, y a partir de las más distintas ideologías, ya que el problema es presentado como una contradicción entre la sociedad humana y su entorno físico-natural. Todos estos grupos pasan a tener un “enemigo” común o, mejor dicho, tienen la necesidad de recuperar un “amigo común” – el medio ambiente – más allá de las diferencias. Esta es la base más sólida para el paso de la globalización económica a la globalización política, y los acuerdos sobre el medio ambiente son solo el comienzo.

El resultado general al que llegamos es que la discusión sobre la crisis ambiental no puede restringirse a su nivel técnico, sino que debe i8ncluis sus bases sociales, políticas y económicas. Una visión exclusivamente técnica significaría un control elitista y antidemocrático de un futuro incierto pero que corresponde a todos; también porque los aspectos sociales y políticos que están por detrás del conocimiento científico lo contaminan con intereses económicos que obligan a tomar con reserva sus resultados; por último, porque las interconexiones y sinergias que el “cambio global” conlleva, hace que las incertidumbres e imprevisibidades sean amplias.



[1] La magia, es una de las formas de acción consciente sobre la naturaleza más antigua como la misma especie humana, se presentó desde un inicio en su doble forma de magia por oposición (v.gr. pintura de un cazador cazando) y magia por semejantes (v.gr. representación de res preñada) en la primera está presente la forma destructiva en la otra la forma reproductiva (Frazer, 1998)

[2] “Estos cambios relativamente bien documentados a su vez implican otras alteraciones al funcionamiento del sistema de la Tierra, principalmente conduciendo el cambio climático global y causando pérdidas irreversibles de diversidad biológica”

[3]  Especie es la unidad básica de clasificación y comprende una población o serie de poblaciones de organismos semejantes e íntimamente emparentados. En los organismos sexuados se define como especie biológica una población o serie de poblaciones de organismos que se reproducen libremente en condiciones naturales pero que no cruzan con otras especies. El concepto de población hace referencia a un grupo de organismos pertenecientes a una misma especie en el mismo y tiempo y lugar (Wilson 1994).

[4] Ecosistemas son comunidades biológicas que interactúan con el ambiente físico y químico como un sistema unificado, interactuando simultáneamente con otros ecosistemas y con la atmósfera (Barbier, 1994)

[5] Comunidades son todos los organismos, sea animales, plantas y microrganismos, que viven en un determinado hábitat y se afectan mutuamente como parte de la red alimentaria o a través de sus múltiples influencias sobre el medio ambiente (Wilson, 1994

[6] Hábitat es un medio ambiente de un tipo determinado como, por ejemplo, la playa de un lago o un determinado ambiente en una región, o una floresta de montaña. Un bioma es una gran categoría de hábitat en una determinada región del mundo como, por ejemplo, la floresta lluviosa de la cuenca amazónica.

[7] La diversidad está vinculada al aumento de la estabilidad de los ecosistemas. La diversidad puede visualizar a ser como un recipiente pasivo de mecanismos de importancia ecológica – algunas especies de interacción débil en el recurso se estabilice la dinámica de la unidad ya que amortigüen interacciones fuertes – potencialmente desestabilizadoras – entre otros consumidores y los recursos.

[8] La producción primaria neta (fijación de carbono por plantas verdes) deseo un buen indicador del funcionamiento de los ecosistemas. Existen una correlación positiva entre productividad y biodiversidad, al igual que con la biomasa (monto total de carbón presente en la biota viva) a pesar de que la hora de comparar diversos ecosistemas las diferencias de su biodiversidad son mucho mayores que cuando comparamos sus productividades. La relación expositiva pero débil, es decir, altas tasas de diversidad no son necesarias para antes de productividad. No existe una relación directa entre diversidad de especies o genes presentes en un ecosistema y su biomasa, productividad de rol en los ciclos veo químicos. De todas formas, existe una tendencia General al que los sistemas con altas biomasa son y productividad es, también sea más diversos. La relación no necesariamente es directamente causan.

[9] Esta concepción de resiliencia derivada de la propuesta de Hollings (1973), que se basa en el monto de disturbios que puede ser sustentado ella ha servido ante un cambio que ocurre en el sistema de control o estructura

[10] A largo plazo es importante conservar no solo las especies clave en los ecosistemas, sino también las especies que asegura la vida para asegurar su funcionamiento y la habilidad del haz, es decir, poblaciones y comunidades para responder a las agresiones que operan sobre los ecosistemas.

[11] Los servicios de ecosistemas consisten en flujos de materiales, energía e información sobre el stock de capital natural, los cuales se combinan con servicios de capital manufacturado y humano para producir bienestar humano. Los principales servicios de los ecosistemas son: regulación de los gases atmosféricos, regulación climática, regulación de disturbios (tormentas, inundaciones), regulación del flujo hidrológico, abastecimiento de retención de agua, pretensión de sedimentos y control de erosión, formación de suelo, ciclo de nutrientes, tratamiento de desechos, polinización, control biológico (regulación de poblaciones), refugio, producción de alimentos, materias primas, recursos genéticos, me creación cultural.

[12] A pesar de más de 200 sin cuenta años de investigación sistemática, las estimaciones sobre el total de número de plantas, animales y otras especies varían ampliamente, desde cifras cercanas de tres millones hasta cifras de más de 30 millones. Un conocimiento del número total y la distribución de las especies es fundamental para desarrollar programas racionales de conservación de la diversidad restante.

[13] Aproximadamente sólo un millón de especies están descritas y menos decía mil (vertebrados terrestres, algunas plantas vasculares de invertebrados con caparazones o a las “bonitas” son bien conocidos). Los pájaros son una excepción, existen aproximadamente entre 8500 y 9500 especies descritas existe un millón de insectos descritos, pero se estima que esas especies existan en un rango que van de diez así en millones de especies

[14] Varias de estas estimaciones están basadas en la metodología que utiliza la relación especie-área. Esta metodología de inferencia de pérdida de especies no es aceptada unánimemente

Unidad 2. 1. Antecedentes normativos en suelos

  Es importante conocer los sistemas normativos con respecto a la contaminación del suelo, dado que son estos los que regulan los límit...