Todo cambio en los sistemas económicos representa una transformación en distintos ámbitos, sobre todo en los modelos de producción, esto en ocasiones genera consecuencias negativas para el equilibrio del ambiente produciendo lo que se denomina crisis ambiental.
Derivado de está llamada crisis, el ser humano comienza a preguntarse el costo de la modernidad, es decir, las repercusiones de los beneficios que la tecnología aporta al ser humano; en los cambios de la cultura, las actividades sociales y el ambiente, aunado a ello la sobreexplotación, el uso inmesurado de energéticos de origen fósil, lo que genera una especie de conciencia colectiva que en los años setentas se introdujo en la mente de las generaciones que ahora son las responsables de tomar las decisiones en el tema.
Con base en esto se generó una teoría que definió como Desarrollo Sostenible y que hasta 1987 fue relevante, al ser parte del Informe de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, (Comisión Brundtland), donde se acuño este concepto como “aquel que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer las generaciones futuras para satisfacer las suyas propias”.
Tiempo después, diversas organizaciones preocupadas por incluir diferentes temas ambientales en la educación, solicitaron a la Oficina Internacional de Educación (OIE), estudios comparativos para abordar temas del medio ambiente en las escuelas; con lo que se percataron sobre la necesidad de abordar la temática ambiental desde una perspectiva transversal, criterio que posteriormente sería tomado como uno de los principios de la Educación Ambiental, con lo que se incluyó como material escolarizada, es decir, diseñada y realizada desde instituciones educativas.
Ahora bien, los enfoques que la Educación Ambiental puede tener son los siguientes:
1. La construcción de valores en general dirigidos a la sociedad, a través de acciones concretas que puedan crear programas cotidianos, en donde los integrantes de las comunidades actúen e intervengan realizando su parte, siendo así responsables y copartícipes de los resultados de los proyectos, generando así un cambio significativo en el entorno.
2. La investigación acción, siendo lo más importantes la transversalidad de la materia, es decir, la conjunción de las disciplinas que aportan a la Educación Ambiental y a los proyectos que de ella se generan, con el objetivo de mejorar las condiciones ambientales y calidad de vida, siendo así como el lugar propicio e ideal las escuelas para el desarrollo de estos proyectos.
3. El Desarrollo Sustentable abarca tanto a las escuelas y las organizaciones civiles, y consisten en elaborar proyectos ambientales que incluyen la práctica de valores y la concientización de la gente en términos del cuidado del ambiente y del equilibrio en el uso de materiales que contaminan.
El enfoque de la Educación Ambiental son la práctica de valores, la investigación y el Desarrollo Sustentable, que realizan importantes aportaciones a los proyectos en esta rama.
Dentro de una propuesta podrían tomarse uno o los tres enfoques para completar y apoyar en ideas, sin olvidar que dentro de la Educación Ambiental se deben considerar a los actores, quienes finalmente ejecutan las acciones, mientras que las organizaciones educativas son las que intervienen para proponer si será formal o no formal el modelo a seguir, además de las autoridades que se consideren pertinentes para hacer que los proyectos tengan pertenencia a las comunidades en sus entornos, así podremos comenzar a revertir la crisis.
Si bien un programa de Educación Ambiental suena poco comparado con el problema ambiental que presenta nuestro planeta, es el inicio para que las futuras generaciones lo ven como una actividad no obligada, pero si común, donde todos tengan que intervenir para poder evitar el deterioro ambiental.