2. 6. 1. Autocontrol.
Significa tomar control de las capacidades y emociones;
impide realizar actos de manera impulsiva; y permite reconocer la diferencia y
el adecuado manejo de los sentimientos en determinadas
situaciones.
Cuando no se logran controlar las emociones se tiende a
actuar de forma errónea, tal es el caso de aquellas personas que, en un
arranque de rabia, cometieron actos injustificados y tuvieron que pagar una
condena en la cárcel.
Controlar los impulsos y encaminarlos al logro de un
objetivo implica una mayor responsabilidad sobre las actitudes. Es importante
aprender a pensar antes de actuar y evitar los juicios a priori.
Las emociones no se pueden catalogar de ser buenas o
malas, sin embargo, si no se cuenta con la habilidad de conocerlas,
expresarlas y canalizarlas adecuadamente, pueden resultar en acciones dañinas
para la propia persona o para otras. Este daño puede ser físico o psicológico y
puede repercutir en el desarrollo social y en quebrantar los lazos afectivos
con los seres queridos.
En este sentido, no hay que olvidar la condición social
inherente a todo ser humano: “La existencia del hombre no es, en parte social y
en parte, individual, con escisión de sus contenidos, sino que se halla bajo la
categoría fundamental, irreductible, de una unidad que solo podemos expresar
mediante la síntesis o simultaneidad de los dos determinantes opuestas: el ser a
la vez parte y todo, producto de la sociedad y elemento de la sociedad, el vivir
por el propio centro y el vivir para el centro” (Simmel, 1986, pág.
51).
Por eso es importante que se analicen los sentimientos
y se identifiquen las sensaciones que estos reflejan en el cuerpo; cuando se
trata de emociones que ocasionan algún conflicto o problema, lo recomendable es
expresar lo que se siente de manera asertiva y responsable a quien lo ha
desencadenado, sin acusaciones ni malos modos y detallando que situación o
conducta es la que afecto a la persona.
Si somos capaces de reconocer lo que sentimos, entonces
nos expresaremos de forma asertiva, desarrollando nuestra inteligencia
emocional, identificando el origen y la intensidad de nuestras emociones y
sentimientos, así como analizar qué situaciones y conductas nos llevan a sentir
ira, pasión, alegría, celos, vergüenza, hastío, impaciencia,
etc..
De esta manera se logra pensar con las emociones y
sentir con la inteligencia. Si se puede identificar algunos detonadores de
las emociones estaremos en la posibilidad de autocontrolarnos y ser más
inteligentes emocionalmente.
2. 6. 2. Autoestima.
Es el conjunto de percepciones, pensamientos,
evaluaciones y sentimientos dirigido hacia nosotros mismos. En resumen, es la
percepción evaluativa de nosotros mismos. Se desarrolla desde la infancia
cuando se toma conciencia del aprecio o la falta de el por parte del medio
familiar, especialmente de figuras tan significativas como las
parentales.
El autoconocimiento, el autocontrol y la autoestima son
elementos clave para entablar una comunicación efectiva y para el desarrollo de
la inteligencia emocional.
En el entorno profesional esto es indispensable,
considerando la responsabilidad que se tiene desde la formación para
desempeñarse en una determinada área disciplinaria y como miembros de la
sociedad.