miércoles, 30 de septiembre de 2020

Unidad 2. 1. El modelo de economía ambiental

La economía ambiental surge de la necesidad de entender la relación entre el aparato productivo y la naturaleza, por medio de los instrumentos de la teoría neoclásica, los cuales principalmente se centran en equilibrios de mercado.

La construcción de la teoría neoclásica, en la cual se basa la economía ambiental, sugiere que los mercados siempre se vaciaran (todo lo que se produce será vendido), lo cual hará que la oferta y demanda estén en equilibrio. Esto quiere decir que nunca existirán excedentes y todo será utilizado de la mejor manera posible. Por ejemplo, bajo esta afirmación, supone que en el mercado de departamentos en renta se tiene que no habrá ningún departamento que se quede sin rentar y que los precios serán aceptados por quien rente uno de ellos. No habrá alguien que demande un departamento más, así como ningún departamento vacío. De lo contrario el mercado no estaría en equilibrio y esto tendría un impacto en los precios que tendrían que ajustarse para llegar a un nivel en que se consiguiera el equilibrio de nuevo y los mercados estuvieran vacíos.

La economía ambiental emplea el mismo análisis, suponiendo que los niveles de contaminación, empleo de recursos naturales y degradación del ambiente son los alcanzados por la demanda y oferta de estos. Por ejemplo, el nivel de contaminación de un río, sería el que los agentes económicos que lo utilizan para sus procesos productivos están dispuestos a aceptar, así como los costos asociados con su saneamiento, de manera tal que si el nivel de satisfacción proporcionado por un río limpio es altamente demandado por sus usuarios, entonces el mercado asignara un precio con que alcance el nivel óptimo de limpieza del mismo, con lo cual no habrá ni más ni menos contaminación que aquella que el mercado consiga al alcanzarse el equilibrio en el mercado de limpieza del río.

Los principios empleados por la economía ambiental tomados de la teoría neoclásica son el de la mano invisible, el óptimo de Pareto y “el que contamina paga”. A continuación, analizaras estos principios para tener un panorama extenso sobre los instrumentos de política económica ambiental que surgen de estos planteamientos.

2. 1. 1. Los principios básicos de la economía ambiental.

Uno de los principios básicos de la economía ambiental tomado de la teoría neoclásica es el de los equilibrios de mercado que, como recordaras, están directamente relacionados con la oferta y demanda de un bien específico; en el caso de la economía ambiental se trata de la calidad del recurso natural que se está analizando o del nivel de contaminación producido por una actividad económica que no altere los ciclos biológicos de los ecosistemas.

La economía ambiental se basa en los mismos conceptos y presupuestos básicos de la teoría neoclásica, que concentra el análisis sobre la escasez, y donde los bienes son valorados según su abundancia – rareza, de tal manera que cuando se trata de bienes escasos como el oro, estos son considerados bienes económicos, mientras que cuando son bienes abundantes como el aire, no son económicos (Chang, 2005).

Los bienes escasos resultan para la economía ambienta uno de sus principales argumentos para afirmar que es posible asignarles un precio a los recursos naturales ya que algunos de ellos tienen está condición y, por lo tanto, en caso de ser deteriorados alguien tiene que asumir el costo que ello implica y pagar el precio que se le ha asignado.

Cabe mencionar que antes de asignárseles un precio, no son considerados bienes económicos, debido a que no entran directamente en la función de costos de la empresa; por lo tanto, al tener un precio, se convierte en bienes económicos y ahora si pueden ser asignados por medio del mercado para que pague quien los use o los contamine. Para ello se determinó el principio “el que contamina paga”, además de esta forma, se internalizan las externalidades generadas por el proceso productivo.

El principio de “el que contamina paga”.

El principio de “el que contamina paga” dice que todo aquel agente económico que genere contaminación debe pagar por ello. En otras palabras, si algún individuo o empresa, por ejemplo, descompone algo, tiene que desembolsar dinero por esa acción. La cantidad monetaria que tenga que pagar es determinada mediante dos figuras:

·         Tarifas: se establece una tarifa para cada caso en especial con la cual se intentará resarcir la contaminación generada por las actividades cotidianas. No es una sanción, sino un mecanismo regulatorio, compensatorio y precautorio.

·         Multas: se aplican para aquellos que son sorprendidos contaminando o deteriorando algún recurso natural específico cuando no están autorizados a hacerlo. Se trata de una sanción; es al mismo tiempo, un mecanismo regulatorio y compensatorio.

Estas dos formas de cobro se traducen en instrumentos económicos como los impuestos verdes, las cuotas por contaminación, los permisos, las sanciones económico-administrativas. Así, el responsable de la elaboración de la política económica puede definir de qué manera cobrara la suma monetaria por los estragos que ocasionan las actividades productivas.

Una de las interrogantes más comunes de este tipo de cobros está relacionada directamente con el supuesto sobre si los recursos económicos recaudados se podrán destinar íntegramente para los fines que fueron creados, dado que existe una estructura fiscal que en la mayoría de las ocasiones diluye estos ingresos en las percepciones generales para la administración tributaria local, estatal o federal, y finalmente los recursos que llegan para tratar de remediar los estragos ocasionados por las actividades productivas que pagaron por contaminar son muy pequeñas o definitivamente no llegan para tal fin. Está es una discusión a nivel de política económica y su ejecución es de suma importancia para el acontecer diario de la contaminación ambiental.

Fundamentos teóricos neoclásicos en el análisis ambiental.

Regresando a los planteamientos vertidos desde la teoría neoclásica, que dan respaldo a la corriente de pensamiento conocida como economía ambiental, es necesario recordar que se enmarcan en la corriente positiva de la ciencia, la cual carece de juicios de valor y no toma en cuenta quien posee más recursos económicos, sino que también hace uso de ellos para su propia persona. Aquí toma relevancia el principio de la mano invisible, el cual es un principio delineado por Adam Smith (2001), autor clásico y retomado por la teoría neoclásica, ya que señala como los intereses privados coincidirán siempre con los intereses colectivos, de tal forma que pareciera que una mano invisible guía a todos a lograr el máximo beneficio para todos. Así, este supuesto nos dice que lo que para un individuo puede resultar bueno, de la misma forma siempre será bueno para la sociedad.

Este argumento fue posteriormente desarrollado por Vilfredo Pareto (Varían, 2010), que habla de un punto en el que los recursos económicos son asignados de la manera más eficiente posible entre quienes realizan una actividad económica, en otras palabras, bajo este supuesto no habría una forma mejor de asignar los recursos económicos que esa; ya que, de lo contrario, si alguien mejora su situación económica, la posición económica de otra persona irremediablemente se vería empeorada. Cuando esto sucede, según la teoría neoclásica es resultado de una decisión racional individual y una nula o mínima intervención por parte del Estado, la cual solo es deseable cuando ocurre una mala asignación de los recursos ocasionado porque alguno de los supuestos no se cumple; esto se conoce como fallo de mercado.

El fallo de mercado es el principio por medio del cual la economía ambiental identifica una situación indeseada bajo el modelo de competencia perfecta, de tal manera que acepta la intervención del Estado para corregir los fenómenos económicos que estén perturbando el sano intercambio de mercancías en el mercado.

Estos fallos de mercado son lo que ocasionan la necesidad de contar con instrumentos económicos que los corrijan y efectivamente es necesaria la presencia del Estado para imponerlos, porque de otra forma, ante la externalización de costos y la ausencia de una autoridad que haga valer la ley se provoca que quienes concentran la mayor proporción de la riqueza continúen contaminando sin que nadie pueda detenerlos.

Para entender el tema de las fallas de mercado, es imprescindible conocer los supuestos bajo los cuales debería funcionar un mercado de competencia perfecta entre empresas, el cual es la expresión más pura de cómo debería funcionar la producción y el intercambio de mercancías, y es tan pura que resulta ser el extremo opuesto de la organización de los mercados en el cual la producción y los precios son determinados por una sola empresa, está situación es mejor conocida como monopolio.

A continuación, se enlistan los supuestos bajo los cuales se organiza el mercado de competencia perfecta que sirven de elementos analíticos para la economía ambiental. De no cumplirse se genera, un fallo de mercado y se hace necesaria la intervención del Estado para corregirlo.

1.   Agentes económicos neutrales.

Existe una gran cantidad de vendedores y compradores de tal manera que ninguno de ellos puede influir individualmente para que los precios suban o bajen de ninguna manera.

2.   Producto homogéneo.

Este supuesto dice que, en el mercado de competencia perfecta de un producto específico, cada productor ofrecerá uno con características idénticas que el de su o sus competidores con estándares perfectamente definidos.

3.   información perfecta.

Todos los compradores y vendedores del producto poseen toda la información necesaria para tomar la decisión de comprarlo o venderlo prescindiendo de toda forma de publicidad que pueda provocarles algún tipo de confusión que los induzca a tomar una decisión errónea.

4.   Los precios están dados.

Tanto empresas como compradores solo son tomadores de los precios de mercado. Este supuesto está dado por el equilibrio entre oferta y demanda el cual determina el nivel de precios de manera tal que tanto compradores como vendedores son precio-aceptantes.

5.   Precio unitario.

El producto debe ser divisible en unidades para su venta de la tal manera que las compras y ventas no impliquen grandes volúmenes y que estos puedan ser tan pequeños como la mínima unidad de él.

6.   Libre entrada y salida al mercado.

Con ello se debe entender que cualquiera que pueda y quiera entrar al mercado para vender o comprar algún producto, no debe enfrentar ningún tipo de restricción para hacerlo.

En la medida en que todos estos supuestos se cumplan, se puede hablar de un mercado de competencia perfecta, en el que los recursos económicos están asignados en un óptimo de Pareto (nadie puede mejorar su situación sin empeorar la de otra persona, es decir, los recursos económicos están asignados de la mejor manera posible), y pensando en términos de la economía ambiental, se puede tener presente que al cumplirse estos supuestos, la contaminación y degradación de los ecosistemas sería mínima debido a que en teoría, los productos deberían ser los mejores en términos de satisfacción de necesidades, incluida la necesidad de contar con un ambiente natural libre de contaminación.

Elementos de la valoración del ambiente.

En función de convertir los recursos naturales en bienes económicos, surge la necesidad de asignarles un precio para poderlos incluir dentro de la función de costos de la empresa, o bien, para determinar la suma monetaria que deberá asumir aquel que contamina o degrada un ecosistema.

Es común que el término valor y precio se utilice como sinónimo sin tomar en cuenta que existe una diferencia fundamental entre ambos conceptos. La condición para poder asignar uno u otro la podemos resumir de la siguiente forma:

·         Lo que tiene valor es exclusivamente resultado de la transformación de la naturaleza por medio de la fuerza de trabajo.

·         Lo que tiene precio puede no ser resultado de la transformación de la naturaleza por medio de la fuerza de trabajo, sino que puede ser objeto de propiedad privada y enajenado a alguien que pueda pagar por él.

Estos son los dos elementos fundamentales para la valoración del ambienta. A continuación, revisaras la diferencia entre precio y valor.

En el modo de producción capitalista, en el que la motivación principal es ganar más dinero en el transcurso del tiempo, no todo lo que se vende en el mercado tiene valor, aunque pueda tener un precio.

La afirmación anterior cobra sentido cuando se entiende que la única fuente de creación de valor es la fuerza de trabajo, es decir, la mano de obra que interviene para transformar la naturaleza y crear mercancías que satisfagan el sinfín de necesidades que el ser humano posee. Todo aquello que no sea transformado por la fuerza de trabajo, provenga exclusivamente de la naturaleza, fruto de ella, no posee un valor económico, pues no ha sido empleada la capacidad de transformación del ser humano para obtenerla. Esto tiene como trasfondo la manera en la que se reproduce este sistema económico.

En el sistema económico existen dos agentes en particular: los propietarios de los medios de producción (capitalistas) y los propietarios de la fuerza de trabajo (obreros). Los primeros contratan a los segundos para producir mercancías al combinar los medios de producción con la fuerza de trabajo, por lo cual pagan un salario que representa apenas una parte del producto total que el obrero realiza en su jornada laboral. El resto es apropiado por el capitalista, a lo que se le llama plusvalor. Este proceso se repite circularmente permitiendo que el sistema se reproduzca.

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Ilustración 1. Reproducción circular.

La mercancía producida adquiere valor porque debe ser capaz de venderse a un precio tal que permita a ambos agentes económicos reproducirse. De la misma forma, resulta indispensable que sea producida en una jornada de tiempo promedio en toda la sociedad. El que un individuo demore 8 horas en producir, por ejemplo, una silla que otro que solo demora 1 hora, no hace que la silla de 8 horas posea más valor que el de 1 hora, por el solo hecho de tener más horas de producción. Para esto, el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción es lo que delimita el valor que está mercancía adquirirá, al sumar los costos de producción más la tasa de ganancia que se espera obtener en la venta de ella.

Cuando pensamos en los recursos naturales es fácil entender que, para su reproducción, la fuerza de trabajo del ser humano no interviene directamente. Puede participar en la siembra, recolección, empaque, distribución y comercialización, pero no interviene directamente en la producción de ella: hoy por hoy nadie puede producir una manzana, solo la recolecta, nadie produce el agua, solo la embotella (puede purificarla, pero el agua como tal no es producida) y así todos y cada uno de los productos provenientes de la naturaleza. Por ejemplo, piensa en el ganado bovino: para que nazca un becerro intervienen la vaca y el toro, y al cabo del periodo de gestación nace. Para conseguirlo no intervino la fuerza de trabajo human, simplemente el proceso biológico lo produce. Por más inversiones de capital que se hagan nadie ha podido provocar que un becerro nazca en menos de los meses gestantes.

Uno de los ejemplos más ilustrativos sobre está discusión tiene que ver con el petróleo. Es común escuchar en los medios de información masiva sobre la producción diaria de este energético medida en barriles.

Este proceso de producción diaria se creó al cabo de millones de años por la interacción de una serie de factores que provocaron que toda esa materia orgánica muerta pudiera convertirse en esta materia prima tan importante para el modo de producción contemporáneo. La intervención humana es nula en su producción, pero completamente relevante en su extracción y transformación en todos los subproductos que de él se obtienen.

Entonces surge la pregunta obligada:

¿Por qué un objeto puede tener precio y carecer de valor?

La respuesta es simple: porque alguien puede ejercer una propiedad privada sobre él y al excluirla de la sociedad puede venderla a un precio dado, independientemente de la forma en la que este sea determinado. Está propiedad es otorgada por el Estado a través del poder judicial por medio del conjunto de leyes que determinan quien, como y para que un agente económico puede ejercer está propiedad privada sobre el bien en cuestión.

Así, al hablar del valor del ambiente carece de fundamento dado que para su reproducción no interviene la fuerza de trabajo humana. Hablar de precios si es relevante en la medida en que incide en la función de costos de las empresas.

El soporte material que brinda la naturaleza al aparato productivo.

Sin embargo, para el sistema económico en general los recursos naturales resultan ser el soporte de toda su actividad ya que es de ellos de donde provienen todas las materias primas para poner en marcha su producción.

De la misma forma, el ambiente en donde se establecen todas las relaciones entre los factores bióticos y abióticos es de vital importancia para que los recursos naturales puedan estar disponibles y seguir reproduciéndose los que poseen la característica de ser renovables. Un ejemplo para hacerlo más comprensible es que dad la necesidad de disponer de árboles maderables, el ambiente en donde crece no se vea afectado por contaminación o por la destrucción de las frágiles relaciones que existen entre los factores bióticos y abióticos, ya que, de lo contrario, estos árboles no podrían crecer para poder ser aprovechados como materia prima.

Por lo tanto, es un hecho que resulta sumamente importante poder establecer un precio para el ambiente, sin embargo, la forma de determinar esos precios sigue siendo confusa y subvaluada debido a que los precios no reconocen la incapacidad del ecosistema para reconstituirse y quedar exactamente en las mismas condiciones que poseía antes de ser explotado y transformado para satisfacer la demanda de materias primas.

2. 1. 2. El capital natural.

Una vez que has analizado el tema sobre el soporte que brinda la naturaleza al aparato productivo, la confusión que existe sobre el tema de la creación de valor y la asignación de precios resulta fundamental entender la necesidad del sistema económico por capitalizar todo lo que pueda capitalizarse, en especial la naturaleza.

El capital natural consta de tres componentes principales:

·         Recursos no renovables, tales como petróleo o minerales que son extraídos de los ecosistemas.

·         Recursos renovables, como peces, madera, agua para consumo humano que son producidos y mantenidos por los procesos y funciones de los ecosistemas.

·         Servicios ambientales, tales como la conservación de la calidad de la atmósfera, el clima, la operación del ciclo hidrológico, que incluye el control de inundaciones y el suministro de agua potable, asimilación de residuos, reciclamiento de nutrientes, generación de suelos, polinización de siembras, provisión de productos marinos y el mantenimiento de una vasta biblioteca genética. Estos servicios cruciales son generados y sustentados por el trabajo de los ecosistemas.

Reflexionando, observa que el capital en general tiene una forma de reproducción muy particular y sigue una lógica que se expresa en las mercancías que pone en el mercado para su venta. La condición del capital es que tiene que reproducirse lo más rápido posible, es decir, que las mercancías se vendan lo más pronto posible para que la inversión retorne inmediatamente con su respectiva ganancia y pueda iniciarse de nuevo el proceso productivo para continuar aumentando la acumulación de riqueza.

Ante está breve y contundente afirmación que se manifiesta en el acontecer diario de cualquier empresa surge la pregunta:

¿La naturaleza se reproduce al mismo ritmo que el capital?

Muchos desearían afirmar que sí, sin embargo, la respuesta es un contundente “no”.

Primero observa porque muchos desearían que así fuera para después dar todos los argumentos juntos con algunos ejemplos para explicar por qué esto no es posible.

La capitalización de la naturaleza

El capital cuando es invertido de forma adecuada tiene la capacidad de generar grandes ganancias para su propietario en ciclos que pueden ser en periodos cortos.

Piensa en la naturaleza, con las actividades agrícolas, cuando la tierra es cultivada y cosechada bajo las mejores condiciones ambientales se pueden obtener una, dos, tres o hasta cuatro cosechas cuando se trata de cultivos de alta rotación en el periodo de un año.

Para acelerar este proceso, la revolución verde de los años setenta trajo consigo una serie de fertilizantes agroindustriales sintetizados del petróleo que al enriquecer el suelo aceleradamente provoco un aumento en la cantidad de cultivos cosechados anualmente. Junto a estos fertilizantes también aparecieron plaguicidas que prometían acabar con las plagas que mermaban los campos de cultivo. Todo esto de la mano del hecho de priorizar los monocultivos, es decir, grandes extensiones de cultivo de una sola especie: trigo, maíz, sorgo, etc.

Está situación empujo a la agricultura a un modelo de reproducción más parecido a las necesidades y lógica del capital, ya que además de estos químicos, la inversión en maquinaria destinada al campo cobro importancia, con lo cual se pudo incrementar su productividad, entendida esta como un aumento de la cantidad cosechada en un periodo de tiempo menor con una fuerza de trabajo menor.

Y como este ejemplo, igualmente puede pensar en las actividades forestales, pesqueras, mineras, ganaderas y todas aquellas en las que la naturaleza interviene o ha intervenido para crear los recursos de los cuales depende el aparato productivo.

Los capitalistas, dueños de los medios de producción, con la intención de hacer homogéneos los conceptos para lograr que su riqueza privada crezca, hablan de capital natural, capital humano y capital social, por mencionar algunas, de forma indistinta por la necesidad de hacer que la reproducción de estos recursos naturales, humanos y sociales lo hagan al ritmo de reproducción del capital en general, pero hay que tener cuidado con ello para evitar querer tener rendimientos iguales a los que se tienen en el capital financiero o el capital industrial, por mencionar algunos ejemplos referentes al capital en general.

Por citar otro ejemplo, la fuerza de trabajo es un conjunto de agentes económicos que no se reproduce a la misma velocidad que el capital. Para contar con fuerza de trabajo especializada o altamente capacitada debe pasar primero por un tiempo de gestación de nueve meses. Al cabo de ese tiempo el individuo necesita crecer, ser adiestrado en el sistema educativo por una cantidad de tiempo considerablemente alta, dependiendo de la calificación o especialización que se requiera. Al cabo de ese tiempo la fuerza de trabajo se encuentra en condiciones de integrarse al aparato productivo. De esa forma, es que una mercancía que tarda mucho tiempo en estar lista para cumplir su cometido en la producción de bienes y servicios, y su reproducción, no responde a la lógica del capital que puede llegar a reproducirse en periodos muy cortos.

Porque la naturaleza no puede ser capital.

En el ejemplo anterior de la agricultura, desafortunadamente no resultó como se esperaba y los problemas empezaron a evidenciarse cuando los campos comenzaron a disminuir su capacidad de rotación por el cambio en las condiciones químicas del suelo ocasionadas por la sobresaturación de nutrientes. De la misma forma, los plaguicidas lograron controlar las plagas por un tiempo, pero los individuos de dichas especies que sobrevivieron al rocío de estos químicos se hicieron más resistentes y crearon plagas aún más difíciles de controlar.

También a la larga, los alimentos rociados intensivamente de esta forma dieron frutos contaminados con químicos que son dañinos para la salud, lo cual no es informado a los consumidores teniendo consecuencias de alta peligrosidad que se manifiestan solo en el largo plazo. A esta situación hay que agregar que estos químicos llegan a cuerpos de agua contaminándola y llevándolos a distancias muy grandes.

Con esta sintética forma de explicar el intento por capitalizar la naturaleza para acelerar sus ciclos y obtener una ganancia mayor derivada de una mayor venta de sus productos, puedes observar cómo los efectos fueron contraproducentes: por los estragos a la salud que han ocasionado y por qué en el largo plazo no pudo mantenerse este ritmo de producción.

Resulta inconveniente querer englobar todo dentro de la categoría de capital por la sencilla razón de que los elementos de la naturaleza no se reproducen como el capital lo demanda y cuando se intenta que sea así, es decir, que se reproduzcan al ritmo del capital, las consecuencias no suelen ser las esperadas y traen resultados adversos.

Sin embargo, es necesario reconocer abiertamente que insistir en que la naturaleza le da todo el sustento material a la reproducción de las fuerzas productivas de cualquier modo de en general y al aparato productivo contemporáneo en particular. De la misma manera, es necesario reconocer que los seres vivos, los ecosistemas y los recursos naturales tienen un ritmo de reproducción distinto al capital, de manera tal que en no es posible querer que engloba a Carlos en la misma categoría para evitar sobreexplotarlos, y permitir la regeneración de aquellos que pueden hacerlo y, a su vez, conservar por el mayor tiempo posible a aquellos que no pueden ser restaurados, como es el caso del petróleo, el agua y el aire.

Un elemento que le economía ambiental llama capital natural son los recursos renovables, que son todos aquellos que tienen la capacidad de reconstituir se por procesos biológicos en un corto plazo, de manera que puede estar disponible para emplearse en algún proceso productivo (como la madera de los árboles para la industria mueblera) o en la satisfacción de alguna necesidad de la sociedad (como el aire o el agua que los humanos utilizamos para vivir). Para los intereses de la reproducción del capital, incluidos en agua y el aire, es de interés primordial que sigan disponibles para llevar a cabo sus procesos productivos.

Ahora bien, los recursos no renovables, son todos aquellos que no pueden reconstituirse en el corto ni en el largo plazo de manera tal que su disponibilidad es limitada por el lugar en donde se encuentran los depósitos de estos. El ejemplo más representativo es el petróleo, que sería se cree que hay reservas muy grandes, el problema radica en la profundidad en la que se encuentran. Al encontrarse acta la profundidad se enfrenta la tecnología humana a dos problemas: la imposibilidad de extraerlo porque no es posible llegar hasta las profundidades, o bien, por la energía que es necesaria para extraerlo, ya que a mayor profundidad mayor será la energía que se utilice para extraer lo que la que se obtiene. Proponer un ejemplo, sea para obtener un barril de petróleo se necesitan dos barriles de petróleo para obtenerlo se gastará más energía sacarlo que lo que se obtiene.

Los servicios ambientales

Con la intención de identificar aquellos elementos de la naturaleza que de alguna forma contribuye al visible y sensiblemente al proceso productivo para la reproducción del capital, se ha creado una clasificación de ellos a los que se les ha nombrado servicios ambientales los cuales constituyen una parte de lo que es llamado capital natural.

Para entender está definición resulta conveniente un ejemplo: la captación de agua para los mantos acuíferos que llevan a cabo los árboles. Esto se conoce como servicio ambiental de recarga del acuífero. Tiene que ver directamente con la capacidad con la que encuentra una zona forestal para retener el agua en el subsuelo y crear condiciones atmosféricas húmedas que incidan positivamente en el ciclo del agua.

Ese servicio ambiental en especial es quizás el más importante de todos los que existen, en la medida en que el agua es el soporte de toda forma de vida y una materia prima fundamental en una gran cantidad de procesos productivos.

Pese a la importancia que tiene, existe un problema respecto a la cantidad de servicios ambientales que la naturaleza proveer al aparato productivo: son cuantificables los más visibles, pero incuantificables los más pequeños o menos visibles, de tal manera que los biólogos pueden reconocer que hay cientos o miles de servicios ambientales que no están reconocidos pero que juegan un papel trascendental para este aparato productivo.

Por citar un ejemplo, en la zona de Papantla en el estado de Veracruz se cultiva la flor de la vainilla que tiene como resultado una materia prima de gran importancia para la industria alimenticia. Está flor se quiso lleva a Europa para cultivarla y producir allá el preciado producto; sin embargo, el resultado fue desastroso: las flores no se polinizaron y fue imposible su reproducción. La causa: en la región de Papantla existe un tipo de abeja endémica, que recoge polen de la vainilla exclusivamente y es responsable de su polinización. Al llevar la flor a Europa, la polinización no pudo llevarse a cabo y por lo tanto la flor término por no reproducirse.

Para un sector de biólogos a los que se les ha cuestionado sobre el término de servicio ambiental, coinciden que es más pertinente emplear el término interacción ecosistemática ya que este término da cuenta de un sinfín de interacciones que se dan entre una gran diversidad de formas de vida que dan sustento en distintas formas al aparato productivo.

Observa en un ejemplo más, recuerda el caso de los moscos que tanto nos incomodan cuando salimos a alguna actividad al aire libre. Estos juegan un papel importante en la polinización de muchas especies de flores, así como la importancia que tienen en la cadena alimenticia de otras especies que al final del día terminan formando parte de una buena cantidad de productos que nosotros adquirimos en el mercado. Si estos mosquitos dejaran de existir, podría crearse un desequilibrio que provocaría que algunos de los productos que se adquieren para satisfacer las necesidades no pudieran ser producidos o cultivados.

En la siguiente figura puedes observar los servicios ambientales que son reconocidos por el aparato productivo, es decir, aquellos que son útiles para llevar a cabo su actividad.

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Ilustración 2. Servicios ambientales.

Recuerda que los servicios aquí enlistados no son todos los que existen en la naturaleza sino solo una parte de ellos, es decir, se muestran los que son útiles al proceso productivo.

2. 1. 3. Asignación de precios a los recursos naturales.

Este apartado cobra una vital importancia en función de las tareas comúnmente encomendadas a los economistas, pero todo profesional que tenga que ver con temas ambientales tiene que poseer conocimiento de ello. Cabe resaltar que es tan solo un apartado de análisis teórico en el que se presentaran los distintos modelos para asignar un precio a los recursos naturales. Posteriormente veras a detalle dos de estos modelos de forma técnica y concisa para que cuentes con herramientas para realizar análisis en cuanto a este tema en especial. Sin embargo, es menester recordarte que, si bien la asignación de un precio es importante para la economía, lo es más el saber la parte cualitativa del fenómeno, lo sustancial del proceso productivo y su dependencia a estos recursos naturales para poder tener una visión amplia del problema a resolver, ya que cuando solamente se concentra la atención en los números, es común tener resultados adversos.

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Ilustración 3. Modelos de asignación de precios.

La tabla que acabas de revisar menciona el término valor en vez de precio. Debes recordar la discusión teórica revisada en la sección sobre la asignación de valor a los recursos naturales en donde se habló de las situaciones en las que un objeto puede carecer de valor y tener un precio, y de la forma en la que se crea el valor en el sistema económico actual. Por lo tanto, el cuadro presenta los modelos más comúnmente empleados para asignar precios.

Como recordaras, un objeto puede carecer de valor y tener un precio por el hecho de alguien ejerza una propiedad privada sobre el recurso.

¿Cuál es la forma más adecuada de asignarle precio a un recurso natural?

Es una pregunta difícil de responder, ya que entran en juego una serie de factores muy específicos para cada caso, de tal manera que el especialista debe poseer los conocimientos y la sensibilidad necesaria para optar por uno u otro modelo de asignación de precios.

Contar con especialistas dedicados a esta actividad es un gran avance en política ambiental ya que hoy en día pueden establecerse precios a los recursos naturales y a los servicios ambientales, lo que tiene como consecuencia directa que las empresas comiencen a asentar en sus registros contables el uso que hacen de ellos. Esto antes no se realizaba y las empresas hacían un uso desmedido de los recursos naturales.

Pese a ello, hoy en día siguen siendo asignaciones de precios muy bajas en función de su agotamiento y nula capacidad de reconstitución.

El producto interno neto ecológico en México.

Con el afán de asignar un precio a los recursos naturales en México y observar el impacto que ello tiene en la generación de riqueza, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía elabora el producto interno neto ecológico (PINE), el cual es un indicador que muestra el impacto ambiental que tiene la producción de bienes y servicios, y se determina al deducir el producto interno bruto dos tipos de costos: el consumo de capital fijo  (es decir, el desgaste del capital fijo, que son todas las maquinarias y herramientas empleadas en el proceso productivo) y los costos imputados por el agotamiento de los recursos naturales y por la degradación ambiental.

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Ilustración 4. Producto interno neto ajustado ambientalmente (en millones de pesos)

Es posible observar por medio de este indicador cual es el costo derivado de la actividad económica por su impacto en la depreciación o destrucción del capital fijo y sus impactos al ambiente. En cuanto a los costos ambientales, es posible observar por distintos rubros como se configura. En la siguiente tabla puedes observarlo.

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Ilustración 5. Costos totales por agotamiento y degradación ambiental, 2008 (estructura porcentual)

Algo que resulta interesante es que una vez que son asignados estos precios, se observa un crecimiento económico del producto interno bruto tiene como resultado un incremento en la degradación ambiental, tal como lo menciona el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI): “En el periodo 2003 – 2008, los costos totales por agotamiento y degradación ambiental presentaron una tasa promedio de crecimiento de 6.1% nominal” (2010).

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Ilustración 6. Producto interno bruto a precios del mercado 2003 – 2008

En el cuadro anterior muestra el crecimiento positivo de la economía para el periodo en el que el PINE ha sido elaborado, y efectivamente se encuentra que la actividad ha tenido signo positivo, es decir, ha tenido crecimiento, salvo para 2008. Mientras que dicha actividad se ve reflejada en un crecimiento de los costos por agotamiento y por degradación.

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