En la construcción de la definición de un concepto es
importante conocer sus bases y origen. En el logro 1 revisaste el origen y la
evolución del concepto de desarrollo sustentable. Para alcanzar este segundo
logro se retomará algo de esa información.
Las directrices que conformaron el concepto de
desarrollo sustentable tuvieron su origen en la reunión realizada en Estocolmo,
donde de redacto el Informe Brundtland a finales de los años
80.
El termino desarrollo sustentable busca la equidad
ecológica, económica y social, tanto para las generaciones humanas presentes
como para las futuras, mediante un equilibrio entre los factores económico,
ambiental y social, que genere valor económico para las empresas, la industria y
el país. De esta forma se promueve la mejora continua que permita satisfacer las
necesidades de la población actual sin comprometer la capacidad de las
generaciones futuras para satisfacer las propias. En este sentido, la sociedad,
además de ser parte depende de los ecosistemas, por lo que es necesario respetar
la capacidad de carga de este. Quintana (2011) incluye tres reglas básicas para
ello:
1. Las tasas de
utilización de los recursos renovables no deben exceder las tasas de
regeneración natural.
2. La emisión de
residuos no debe exceder la capacidad de asimilación de los
ecosistemas.
3. Los recursos no
renovables deben explotarse de una manera casi sustentable, y se deben emplear
al máximo recursos renovables.
Estas reglas se encuentran implícitas en el concepto de
desarrollo sustentable, ya que se busca el uso racional y adecuado de los
recursos naturales con la finalidad de promover la igualdad (Foladori, 2002;
Quintana, 2011). Debido a esto, se plante que las proyecciones de aquellas
propuestas vinculadas al desarrollo sustentable deben ser a largo plazo y
contar con metas fijadas de manera previa, buscando en ellas un equilibrio
entre sus diversos componentes[1].
Como has visto, en el concepto de desarrollo
sustentable se conjugan varios factores: económicas, sociales y ambientales.
Quizá te preguntes:
¿Qué factores específicamente se consideran en este
concepto? ¿A que se hace referencia con “no comprometer las necesidades de
generaciones futuras?
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El articulo “Desde el desarrollo sustentable hacia
sociedades sustentables”[2]
contiene más información al respecto. En el se menciona que es importante
considerar que no todos los grupos humanos tienen las mismas necesidades, por lo
que es importante adecuar el concepto de desarrollo sustentable al entorno donde
te encuentres trabajando. Para ello debes tomar en cuenta la inclusión de
nociones relacionadas a la resiliencia, apertura y
escucha.
En México se cuenta con la legislación que promueve el
desarrollo sustentable. De acuerdo con lo establecido en el articulo 3º de la
Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, en la
fracción XI se define al desarrollo sustentable como:
“el proceso evaluable mediante criterios e indicadores
de carácter ambiental, económico y social que tiende a mejorar la calidad de
vida y la productividad de las personas, que se funda en medidas apropiadas de
preservación del equilibrio ecológico, protección del ambiente y aprovechamiento
de recursos naturales, de manera que no se comprometa la satisfacción de las
necesidades de las generaciones futuras”.
Por otra parte, como menciona Quintana (2011), el
desarrollo puede ser sustentable cuando es capaz de satisfacer las necesidades
actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras
generaciones. Una actividad sustentable puede ser el cortar árboles de un
bosque, asegurando la repoblación de esa especie contra una actividad como
consumir petróleo, que no es sustentable, ya que con los conocimientos actuales
no se conoce ningún sistema para crear petróleo a partir de la biomasa. Buena
parte de las actividades humanas no son sustentables a medio y largo plazo tal y
como hoy están planteadas[3].
Además, alcanzar el desarrollo sustentable “exigirá
esfuerzos sustanciales de educación y capacitación, con el fin de aumentar la
concientización y apoyar las modificaciones de los estilos de vida rumbo a
formas de consumo más sostenibles” (González 1994). La priorización de las
necesidades, así como la posibilidad de satisfacerlas, debe ser la resultante de
debates, a diferentes niveles (locales o nacionales, en algunos casos incluso
internacionales) donde se cuente con la participación de ellos que estén
interesados, en especial, aquellos que necesitan cubrir sus necesidades, siempre
implicando en ello a la educación.
Los conceptos deben encontrarse en evolución, y en el
caso del desarrollo sustentable ese proceso es constante y marcado
principalmente por los avances tecnológicos a los que estamos expuestos, así
como por las transformaciones del medio ambiente tanto en calidad como en
cantidad. En los primeros 30 años de su creación, ha pasado por diferentes
enfoques, desde el catastrofista, ambientalista, socialista, economista, entre
otros, temiendo siempre como punto común el uso y cuidado de recursos naturales,
el bienestar y la economía[4][5].
Una parte esencia para llevar los conceptos a la
practica es propiciar conductas favorables a ello. Después de haber definido lo
que es el desarrollo sustentable debes conocer que se puede hacer para
lograrlo.
[1]
Goñi, R. & Goin, F. (2006). Marco conceptual para la definición del
desarrollo sustentable. Salud Colectiva, 2(2) 191-198. Disponible en:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=73120207
[2]
Elizalde Hevia, A. (2003). Desde el desarrollo sustentable hacia sociedades
sustentables. Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, 1(4)
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=30500411
[3]
Santiago Jiménez, M. E. (2009). Sustentabilidad a dos tiempos. Polis, Revista
de la Universidad Bolivariana, 8(24) Disponible en http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=30512210016
[4]
Foladori, G. & Tommasino, H. (2000). El concepto de
desarrollo sustentable 30 años después. Disponible en: http://www.google.com.mx/url?q=http://ojs.c3sl.ufpr.br/ojs/index.php/made/article/download/3056/2447&sa=U&ei=RPaAVNGCDY2aigLC1YBo&ved=0CBkQFjAB&usg=AFQjCNFFArewqI34wSD9TQIGG00fCStRsA.
[5]
Cantú Martínez, P. C. (2012). El axioma del desarrollo sustentable. Revista
de Ciencias Sociales (Cr), III (137) 83-91. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=15325492007
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