Un 
objetivo que debemos considerar al momento de tomar una decisión en una 
propuesta de desarrollo sustentable en el ámbito social, económica y ambiental, 
es el conjunto de indicadores de desarrollo sustentable.
Como 
consecuencia de los acuerdos internacionales que han destacado la importancia 
del tema, en la última década se ha manifestado un gran interés por parte de 
tomadores de decisiones y grupos ambientales, así como los medios de 
comunicación, por diseñar mecanismos o herramientas útiles que les permitan 
evaluar la sustentabilidad del desarrollo en los países. Como se expresó en el 
principio de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
 (UNESCO, 1992).
 
“el 
mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos 
los ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda. En el plano nacional, 
toda persona deberá tener acceso adecuado a la información sobre el medio 
ambiente de que dispongan las autoridades, incluida la información sobre los 
materiales y las actividades que encierran peligro en sus comunidades, así como 
la oportunidad de participar en los procesos de adopción de decisiones. Los 
Estados deberán facilitar y fomentar la sensibilización y la participación de la 
población poniendo la información a disposición de todos. Deberá proporcionarse 
acceso efectivo a los procedimientos judiciales y administrativos, entre éstos 
el resarcimiento de daños y los recursos pertinentes”.
 
Al 
paso de los años de la Declaración de Río ha reiterado la necesidad de 
desarrollar grupos de indicadores de seguimiento y observación al desarrollo 
sustentable dentro de las primeras reuniones de la Comisión de Desarrollo
 Sostenible (CDS). En 1995 esta comisión aprobó el programa de trabajo en
 indicadores de desarrollo sostenible, la cual tuvo como finalidad la generación
 de un listado de indicadores de desarrollo sostenible, como el consentimiento a
 nivel internacional, y cuyo resultado quedó concretado en el documento “Indicadores de Desarrollo Sostenible. Marco 
y Metodologías”. Publicado en 1996, dicho documento incluye un listado de
 indicadores que fueron reevaluados tiempo después por varios países (entre
 ellos, algunos de América Latina y el Caribe), y terminó en un segunda edición 
en 2001. A partir de aquí se ha realizado una revisión más, misma que derivó en
 una tercera edición del documento en 2007. Durante el periodo en que se
 llevaron a cabo tales revisiones, se promovió la necesidad de generar
 indicadores de desarrollo sustentable para México.
Por 
otro lado, los diferentes países que conforman la región de América Latina y el 
Caribe han decidido promover iniciativas que faciliten la construcción de 
sistemas de Indicadores de Desarrollo Sustentable (IDS), que contengan temas 
ambientales de los cuales se tienen pocos datos, así como el elaborar 
estrategias de promoción que permitan el acceso a la información de forma más 
sencilla, y buscar el acceso a las administraciones, como gobiernos interesados 
en el tema y en la evaluación de los progresos a favor del desarrollo
 sustentable.
Quiroga 
(2007) nos muestra que desarrollar indicadores cada vez más complejos ha llevado 
a un cambio importante en cuanto al contenido de estos, de tal manera que se ha 
establecido una distinción entre indicadores. Algunos de primera generación, 
conocidos como indicadores ambientales por tratarse de fenómenos específicos 
como erosión de suelo y emisiones de CO2, son: cobertura boscosa del 
territorio, calidad del aire de una ciudad, indicador de contaminación de agua 
por coliforme. Por su parte, los de segunda generación seleccionan a través de 
las dimensiones ambientales, sociales o económicas, como por ejemplo, alimentos 
y  agua potable, en tanto que los 
de tercera generación son aquellos indicadores relacionados con el desarrollo
 sustentable, vinculados de forma transversal y sistemática de las dimensiones 
económicas, sociales y ambientales, por ejemplo,  un programa de gestión ambiental donde 
los ahorros económicos, al sustituir lámparas ahorradoras, se deja de generar 
CO2 y, por lo tanto, se genera una mejora en la 
comunidad.
Por 
otro lado, debemos definir que es un indicador, los diferentes tipos que hay, y 
su relación con sus dimensiones de desarrollo sustentable.
Para que nos sirve un 
indicador.
Los 
indicadores nos ayudan a describir problemas de cómo, donde ocurre y cómo afecta 
a este problema. Los indicadores se pueden elaborar a través de la recolección 
de datos y se pueden expresar a través de fórmulas matemáticas, tablas o 
gráficas.
Los 
indicadores, según Mondragón (2002), son de gran utilidad en la elaboración de 
propuestas de desarrollo sustentable, ya que nos permiten medir con claridad los 
resultados obtenidos a través de programas, procesos o acciones específicas con 
el fin de diagnosticar una situación, comparar las características de un país, 
ciudad o región, o simplemente para evaluar alternativas de desarrollo 
sustentable.
También 
nos permitan identificar las diferencias que existen entre ellos y poderlas 
englobar en sus dimensiones ambientales, de modo que podamos tomar decisiones, 
fijar o cambiar rumbos o alinear los esfuerzos hacia el cumplimiento de metas u 
objetivos establecidos con el fin de mejorar.
Los 
indicadores de desarrollo sustentable elaborados por INEGI, INE y SEMARNAP se 
pueden dividir en:
1.       Indicadores
 económicos, cuya función primordial es la de evaluar el nivel económico de
 un país, ciudad, municipio o región, a través de cálculos, estadísticas y 
estándares establecidos. Algunos ejemplos son: PIB, tasa de desempleo, tasa de 
paro, diversificación económica.
2.       Indicadores
 sociales, que son usados primordialmente para evaluar el nivel de bienestar
 de una sociedad, nivel que va desde el acceso a la salud pública, pasando por 
el derecho a la cultura, cubriendo además las necesidades básicas de la 
población. Algunos ejemplos son: pobreza – índice de marginación, como lo maneja 
la Comisión Nacional de la Población (CONAPO), inequidad – índice de Gini (el 
cual mide el grado de desigualdad de la distribución del ingreso o la 
desigualdad de la riqueza de una región), población con acceso a agua potable, 
índice de alfabetismo, vialidad de asociacionismo del municipio o 
región.
3.       Indicadores
 ambientales, que nos permiten evaluar el estado y evolución de determinados
 factores medioambientales. Algunos solo expresan parámetros puntuales, en tanto
 que otros se pueden obtener a partir de un conjunto de parámetros que se 
relacionan por cálculos complejos. Algunos ejemplos son: áreas naturales 
protegidas, eficiencia energética, eficiencia del uso de agua, emisiones de 
carbón, biogás.
Para 
la selección de indicadores es 
importante reconocer que la fortaleza (o debilidad) de un indicador recae en la 
calidad de las variables que lo definen. Por eso, la selección de cada una de 
las variables debe realizarse sobre la base de su relevancia, su calidad, la 
frecuencia con que se muestra, y su disponibilidad al dominio 
público.
Muchas 
veces, y particularmente en la región de América Latina y el Caribe, la 
selección de los indicadores se ve limitada por la escasez de información 
estadística y la imposibilidad de que parte de la información disponible de que 
parte de la información disponible esté armonizada a partir de estándares 
internacionales, lo que limita la posibilidad de establecer comparaciones entre 
países.
Otro 
punto importante para el proceso de selección de indicadores es conocer sus 
características; como señala Mondragón (2002), estos deben:
·         Estar 
inscritos es un marco teórico o conceptual que les permita asociarse al 
evento o situación a la que el investigador pretende dar forma. Por ejemplo, el 
caso del modelo presión – estado – respuesta (PER) que utiliza de la 
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en 
donde:
o  Los 
indicadores de presión son aquellos que contestan preguntas sobre las causas 
del problema. Un ejemplo son los indicadores como las emisiones de 
CO2 y acumulación de desechos de basura como botellas de plástico o 
PET.
o  Los 
indicadores de estado son aquellos que solo consideran el estado del 
ambiente. Algunos ejemplos son los indicadores de calidad del aire urbano, la 
calidad de las aguas subterráneas, los cambios de temperatura, las 
concentraciones se substancias tóxicas o especies en 
peligro.
o  Los 
indicadores de respuesta son aquellos que contestan a preguntas sobre cómo 
resolver el problema. Indicadores de este tipo incluyen los compromisos 
internacionales o tasas de reciclaje o de eficiencia 
energética.
·         Ser 
específicos, es decir, que estén vinculados con los fenómenos económicos, 
sociales y ambientales sobre los que se pretende actuar, por lo que se debe 
contar con objetivos y metas claros.
·         Se 
explícitos, es decir, que su nombre por sí solo sea suficiente para 
comprender si es un valor absoluto o relativo, si se trata de una tasa, una 
razón o un índice; y si pertenecen a un grupo de población o sector 
económico.
·         Estar 
disponibles por un periodo de tiempo, con el objetivo de que se pueda 
observar el comportamiento del fenómeno a través del tiempo, así como para 
diferentes regiones.
·         Ser
 relevantes y oportunos, es decir, que puedan ser aplicados en políticas y 
que, además, permitan describir la situación de los diferentes sectores de un
 gobierno, administración o región.
·         No deben
 ser exclusivos de una acción específica; por ejemplo, uno puede servir para
 estimar el impacto de dos o más hechos.
·         Ser 
claros, de fácil comprensión para los miembros de la comunidad, de forma que 
no exista duda o confusión acerca de su significado.
·         Para cada indicador debe existir una definición,
 fórmula de calcula y datos necesarios para su comprensión y 
socialización.
Otro 
punto importante que debemos considerar es la relación 
entre los indicadores y sus dimensiones ambientales. Los indicadores de 
desarrollo sustentable más usados en la Agenda 21 local, o en los Planes de 
Acción Ambiental municipales, se refieren a cuatro áreas básicas: Ambiental, 
Social, Económica y Urbanística, mientras que la propuesta de sobrepasar el 
concepto de sostenibilidad nos lleva a considerar la articulación de sus tres 
dimensiones básicas: Ambiental, Bienestar e Identidad. Cada una de las 
dimensiones ambientales necesita estar articulada con las otras y reflejarse en 
las áreas de los indicadores de desarrollo sustentable.
Por 
ejemplo, si la propuesta es mejorar la calidad de vida de los habitantes de 
Cuatro Ciénegas, Coahuila, el indicador seleccionado sería el bienestar, y este 
deberá reflejarse necesariamente en las tres dimensiones ambientales: en la 
provisión de empleo y bienes económicos de la Economía, en el cuidado a los más 
débiles en los Social, en la calidad del entorno y la esperanza de futuro propia 
del Medio Ambiente.
Por 
otro lado, es importante considerar que los indicadores, al tener unidades 
distintas, no pueden ser sumables, pero sí que deben de estar relacionados, si 
hasta ahora hemos usado parámetros o estándares para medir variables, a partir 
de ahora hemos decidido usar también indicadores para poder evaluar procesos, 
así que la elección de los indicadores ha de responder a la necesaria 
caracterización de la influencia que un proceso tiene sobre la calidad de 
vida.
Estos 
indicadores locales de desarrollo sustentable serán aquellos que contengan los 
siguientes objetivos en la comunidad:
·         Controlar los objetivos del desarrollo sustentable 
considerados a nivel internacional, el cumplimiento del protocolo de Kioto o la 
reducción de gases con influencia en la capa de ozono. En la escala europea, las 
directrices relacionadas con el reciclaje, la depuración de aguas residuales o 
la implantación de la red Natura 2000. Y aquellos que se determinen en el ámbito 
nacional y autonómico.
·         Definir un modelo de calidad de vida propio para la 
comunidad, que complemente los objetivos medioambientales básicos determinados
 en la Agenda 21 y los propios generados a través de las Secretaría de Medio
 Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), Secretaría de Desarrollo Social 
(SEDESOL), Secretaría de Energía (SENER) y Secretaría de Economía (SECON), 
asociándose a la realidad territorial y social de la comunidad, y ampliándose 
en las dimensiones del Bienestar y la Identidad.
·         Elaborar un sistema de información que garantice la 
información, siguiendo el esquema Sistema – entorno 15, sobre la complejidad del 
entorno y su sensibilidad, de forma que la capacidad de anticipación sea tal que 
obtengamos la máxima complejidad del entorno y su sensibilidad, de forma que la 
capacidad de anticipación sea tal que obtengamos la máxima complejidad del 
sistema. Un sistema de información que garantice tanto la existencia de datos 
fiables sobre el entorno y su sensibilidad como de la realidad del sistema
 urbano, y que garantice también el libre acceso de los ciudadanos a la 
información.
Los 
anterior implica la incorporación de indicadores “obligatorios” relacionados con 
los compromisos de la comunidad, que nos permitan controlar la evolución de los 
indicadores compuestos y que, además, se deberán elaborar a través de mecanismos 
democráticos de participación, los indicadores complementarios mediante los 
cuales la comunidad quiera evaluar sus proyectos y actuaciones en pro de un 
modelo local de la calidad de vida.
En 
cualquier caso, los indicadores deben incluir información suficiente sobre la 
localidad y la presión que esta ejerce sobre el entorno próximo o ampliado 
(incluyendo todos aquellos espacios que conseguimos los recursos y de donde 
derivamos nuestros residuos: “la huella ecológica”.