lunes, 25 de febrero de 2019

Unidad 3 Logro 1. Seleccionar los indicadores de las dimensiones del desarrollo sustentable


Un objetivo que debemos considerar al momento de tomar una decisión en una propuesta de desarrollo sustentable en el ámbito social, económica y ambiental, es el conjunto de indicadores de desarrollo sustentable.
Como consecuencia de los acuerdos internacionales que han destacado la importancia del tema, en la última década se ha manifestado un gran interés por parte de tomadores de decisiones y grupos ambientales, así como los medios de comunicación, por diseñar mecanismos o herramientas útiles que les permitan evaluar la sustentabilidad del desarrollo en los países. Como se expresó en el principio de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (UNESCO, 1992).

“el mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda. En el plano nacional, toda persona deberá tener acceso adecuado a la información sobre el medio ambiente de que dispongan las autoridades, incluida la información sobre los materiales y las actividades que encierran peligro en sus comunidades, así como la oportunidad de participar en los procesos de adopción de decisiones. Los Estados deberán facilitar y fomentar la sensibilización y la participación de la población poniendo la información a disposición de todos. Deberá proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos judiciales y administrativos, entre éstos el resarcimiento de daños y los recursos pertinentes”.
Al paso de los años de la Declaración de Río ha reiterado la necesidad de desarrollar grupos de indicadores de seguimiento y observación al desarrollo sustentable dentro de las primeras reuniones de la Comisión de Desarrollo Sostenible (CDS). En 1995 esta comisión aprobó el programa de trabajo en indicadores de desarrollo sostenible, la cual tuvo como finalidad la generación de un listado de indicadores de desarrollo sostenible, como el consentimiento a nivel internacional, y cuyo resultado quedó concretado en el documento “Indicadores de Desarrollo Sostenible. Marco y Metodologías”. Publicado en 1996, dicho documento incluye un listado de indicadores que fueron reevaluados tiempo después por varios países (entre ellos, algunos de América Latina y el Caribe), y terminó en un segunda edición en 2001. A partir de aquí se ha realizado una revisión más, misma que derivó en una tercera edición del documento en 2007. Durante el periodo en que se llevaron a cabo tales revisiones, se promovió la necesidad de generar indicadores de desarrollo sustentable para México.
Por otro lado, los diferentes países que conforman la región de América Latina y el Caribe han decidido promover iniciativas que faciliten la construcción de sistemas de Indicadores de Desarrollo Sustentable (IDS), que contengan temas ambientales de los cuales se tienen pocos datos, así como el elaborar estrategias de promoción que permitan el acceso a la información de forma más sencilla, y buscar el acceso a las administraciones, como gobiernos interesados en el tema y en la evaluación de los progresos a favor del desarrollo sustentable.
Quiroga (2007) nos muestra que desarrollar indicadores cada vez más complejos ha llevado a un cambio importante en cuanto al contenido de estos, de tal manera que se ha establecido una distinción entre indicadores. Algunos de primera generación, conocidos como indicadores ambientales por tratarse de fenómenos específicos como erosión de suelo y emisiones de CO2, son: cobertura boscosa del territorio, calidad del aire de una ciudad, indicador de contaminación de agua por coliforme. Por su parte, los de segunda generación seleccionan a través de las dimensiones ambientales, sociales o económicas, como por ejemplo, alimentos y  agua potable, en tanto que los de tercera generación son aquellos indicadores relacionados con el desarrollo sustentable, vinculados de forma transversal y sistemática de las dimensiones económicas, sociales y ambientales, por ejemplo,  un programa de gestión ambiental donde los ahorros económicos, al sustituir lámparas ahorradoras, se deja de generar CO2 y, por lo tanto, se genera una mejora en la comunidad.
Por otro lado, debemos definir que es un indicador, los diferentes tipos que hay, y su relación con sus dimensiones de desarrollo sustentable.

Para que nos sirve un indicador.

Los indicadores nos ayudan a describir problemas de cómo, donde ocurre y cómo afecta a este problema. Los indicadores se pueden elaborar a través de la recolección de datos y se pueden expresar a través de fórmulas matemáticas, tablas o gráficas.
Los indicadores, según Mondragón (2002), son de gran utilidad en la elaboración de propuestas de desarrollo sustentable, ya que nos permiten medir con claridad los resultados obtenidos a través de programas, procesos o acciones específicas con el fin de diagnosticar una situación, comparar las características de un país, ciudad o región, o simplemente para evaluar alternativas de desarrollo sustentable.
También nos permitan identificar las diferencias que existen entre ellos y poderlas englobar en sus dimensiones ambientales, de modo que podamos tomar decisiones, fijar o cambiar rumbos o alinear los esfuerzos hacia el cumplimiento de metas u objetivos establecidos con el fin de mejorar.
Los indicadores de desarrollo sustentable elaborados por INEGI, INE y SEMARNAP se pueden dividir en:
1.       Indicadores económicos, cuya función primordial es la de evaluar el nivel económico de un país, ciudad, municipio o región, a través de cálculos, estadísticas y estándares establecidos. Algunos ejemplos son: PIB, tasa de desempleo, tasa de paro, diversificación económica.
2.       Indicadores sociales, que son usados primordialmente para evaluar el nivel de bienestar de una sociedad, nivel que va desde el acceso a la salud pública, pasando por el derecho a la cultura, cubriendo además las necesidades básicas de la población. Algunos ejemplos son: pobreza – índice de marginación, como lo maneja la Comisión Nacional de la Población (CONAPO), inequidad – índice de Gini (el cual mide el grado de desigualdad de la distribución del ingreso o la desigualdad de la riqueza de una región), población con acceso a agua potable, índice de alfabetismo, vialidad de asociacionismo del municipio o región.
3.       Indicadores ambientales, que nos permiten evaluar el estado y evolución de determinados factores medioambientales. Algunos solo expresan parámetros puntuales, en tanto que otros se pueden obtener a partir de un conjunto de parámetros que se relacionan por cálculos complejos. Algunos ejemplos son: áreas naturales protegidas, eficiencia energética, eficiencia del uso de agua, emisiones de carbón, biogás.
Para la selección de indicadores es importante reconocer que la fortaleza (o debilidad) de un indicador recae en la calidad de las variables que lo definen. Por eso, la selección de cada una de las variables debe realizarse sobre la base de su relevancia, su calidad, la frecuencia con que se muestra, y su disponibilidad al dominio público.
Muchas veces, y particularmente en la región de América Latina y el Caribe, la selección de los indicadores se ve limitada por la escasez de información estadística y la imposibilidad de que parte de la información disponible de que parte de la información disponible esté armonizada a partir de estándares internacionales, lo que limita la posibilidad de establecer comparaciones entre países.
Otro punto importante para el proceso de selección de indicadores es conocer sus características; como señala Mondragón (2002), estos deben:
·         Estar inscritos es un marco teórico o conceptual que les permita asociarse al evento o situación a la que el investigador pretende dar forma. Por ejemplo, el caso del modelo presión – estado – respuesta (PER) que utiliza de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en donde:
o  Los indicadores de presión son aquellos que contestan preguntas sobre las causas del problema. Un ejemplo son los indicadores como las emisiones de CO2 y acumulación de desechos de basura como botellas de plástico o PET.
o  Los indicadores de estado son aquellos que solo consideran el estado del ambiente. Algunos ejemplos son los indicadores de calidad del aire urbano, la calidad de las aguas subterráneas, los cambios de temperatura, las concentraciones se substancias tóxicas o especies en peligro.
o  Los indicadores de respuesta son aquellos que contestan a preguntas sobre cómo resolver el problema. Indicadores de este tipo incluyen los compromisos internacionales o tasas de reciclaje o de eficiencia energética.
·         Ser específicos, es decir, que estén vinculados con los fenómenos económicos, sociales y ambientales sobre los que se pretende actuar, por lo que se debe contar con objetivos y metas claros.
·         Se explícitos, es decir, que su nombre por sí solo sea suficiente para comprender si es un valor absoluto o relativo, si se trata de una tasa, una razón o un índice; y si pertenecen a un grupo de población o sector económico.
·         Estar disponibles por un periodo de tiempo, con el objetivo de que se pueda observar el comportamiento del fenómeno a través del tiempo, así como para diferentes regiones.
·         Ser relevantes y oportunos, es decir, que puedan ser aplicados en políticas y que, además, permitan describir la situación de los diferentes sectores de un gobierno, administración o región.
·         No deben ser exclusivos de una acción específica; por ejemplo, uno puede servir para estimar el impacto de dos o más hechos.
·         Ser claros, de fácil comprensión para los miembros de la comunidad, de forma que no exista duda o confusión acerca de su significado.
·         Para cada indicador debe existir una definición, fórmula de calcula y datos necesarios para su comprensión y socialización.
Otro punto importante que debemos considerar es la relación entre los indicadores y sus dimensiones ambientales. Los indicadores de desarrollo sustentable más usados en la Agenda 21 local, o en los Planes de Acción Ambiental municipales, se refieren a cuatro áreas básicas: Ambiental, Social, Económica y Urbanística, mientras que la propuesta de sobrepasar el concepto de sostenibilidad nos lleva a considerar la articulación de sus tres dimensiones básicas: Ambiental, Bienestar e Identidad. Cada una de las dimensiones ambientales necesita estar articulada con las otras y reflejarse en las áreas de los indicadores de desarrollo sustentable.
Por ejemplo, si la propuesta es mejorar la calidad de vida de los habitantes de Cuatro Ciénegas, Coahuila, el indicador seleccionado sería el bienestar, y este deberá reflejarse necesariamente en las tres dimensiones ambientales: en la provisión de empleo y bienes económicos de la Economía, en el cuidado a los más débiles en los Social, en la calidad del entorno y la esperanza de futuro propia del Medio Ambiente.
Por otro lado, es importante considerar que los indicadores, al tener unidades distintas, no pueden ser sumables, pero sí que deben de estar relacionados, si hasta ahora hemos usado parámetros o estándares para medir variables, a partir de ahora hemos decidido usar también indicadores para poder evaluar procesos, así que la elección de los indicadores ha de responder a la necesaria caracterización de la influencia que un proceso tiene sobre la calidad de vida.
Estos indicadores locales de desarrollo sustentable serán aquellos que contengan los siguientes objetivos en la comunidad:
·         Controlar los objetivos del desarrollo sustentable considerados a nivel internacional, el cumplimiento del protocolo de Kioto o la reducción de gases con influencia en la capa de ozono. En la escala europea, las directrices relacionadas con el reciclaje, la depuración de aguas residuales o la implantación de la red Natura 2000. Y aquellos que se determinen en el ámbito nacional y autonómico.
·         Definir un modelo de calidad de vida propio para la comunidad, que complemente los objetivos medioambientales básicos determinados en la Agenda 21 y los propios generados a través de las Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), Secretaría de Energía (SENER) y Secretaría de Economía (SECON), asociándose a la realidad territorial y social de la comunidad, y ampliándose en las dimensiones del Bienestar y la Identidad.
·         Elaborar un sistema de información que garantice la información, siguiendo el esquema Sistema – entorno 15, sobre la complejidad del entorno y su sensibilidad, de forma que la capacidad de anticipación sea tal que obtengamos la máxima complejidad del entorno y su sensibilidad, de forma que la capacidad de anticipación sea tal que obtengamos la máxima complejidad del sistema. Un sistema de información que garantice tanto la existencia de datos fiables sobre el entorno y su sensibilidad como de la realidad del sistema urbano, y que garantice también el libre acceso de los ciudadanos a la información.
Los anterior implica la incorporación de indicadores “obligatorios” relacionados con los compromisos de la comunidad, que nos permitan controlar la evolución de los indicadores compuestos y que, además, se deberán elaborar a través de mecanismos democráticos de participación, los indicadores complementarios mediante los cuales la comunidad quiera evaluar sus proyectos y actuaciones en pro de un modelo local de la calidad de vida.
En cualquier caso, los indicadores deben incluir información suficiente sobre la localidad y la presión que esta ejerce sobre el entorno próximo o ampliado (incluyendo todos aquellos espacios que conseguimos los recursos y de donde derivamos nuestros residuos: “la huella ecológica”.

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