domingo, 10 de febrero de 2019

Unidad 2. 1. Revolución mexicana (1910 – 1920)


La Revolución Mexicana (1910 -1920) fue un proceso histórico que generó modificaciones estructurales sin precedentes para la historia de nuestro país. Hoy en día es necesario entender las causas y consecuencias que le dieron origen y su desenlace, puesto que sigue siendo referente para la construcción de identidad nacional, además de ser un episodio histórico de la historia del siglo XX, que junto con la Primera Guerra Mundial (1914 – 1919) y la Revolución Rusa (1917), son coordenadas históricas que permiten explicar nuestro presente.

1.1         Contexto socio económico histórico del país hasta el porfiriato.


Las condiciones políticas y el comportamiento de la economía durante el siglo XIX mexicano estuvieron marcadas por las relaciones políticas y sociales heredadas de la época virreinal, es decir, con reducidas fuerzas productivas de crecimiento económico. Durante el México independiente (1821 – 1888) se generó un estancamiento de las fuerzas productivas de la economía nacional o interna, principalmente por el carácter destructivo de la guerra de independencia y la inestabilidad política (más de 50 años de vida independiente, en 50 gobiernos).

Otros elementos que le restaron fuerza a la organización de la vida productiva fueron la guerra contra Francia y otra con los Estados Unidos de América. Uno de los factores que, a finales del siglo XIX, restaron condiciones a la creación de un mercado interno sostenido fue el bandolerismo que atentaba contra la estabilidad de algunos sectores comerciales, tanto a comerciantes o distribuidores de mercancías como a quienes demandaban tales mercancías, así como el control del sector agrario por cacicazgo y terratenientes que no permitieron el impacto social del crecimiento.

Durante el Porfiriato se generó un fenómeno económico de crecimiento lento, pero sostenido, con un eje centralizador basado en el poder político expresado en el caudillo, sujeta tal que impregnaba de confianza a los inversionistas que darían forma a la oligarquía de finales del siglo XIX e inicio del XX; esta característica del gobierno mantuvo y estabilizó la inversión privada principalmente norteamericana, inglesa y francés. Este gobierno hizo uso de una especie de política conciliadora entre las fuerzas internas o crecientes en la oligarquía de los científicos y externas emanadas principalmente de los importantes centros comerciales internacionales.

Durante este gobierno, específicamente en 1884, como resultado la fusión del Banco Nacional Mexicano (de capital francés) y el Banco Mercantil Mexicano (de capitales mexicanos y españoles) se fundaron el Banco Nacional de México. También en 1886 el Banco de Londres, México y Sudamérica (fundado en 1864) se transformó en el Banco de Londres y México; así como en 1888 el Banco Hipotecario Mexicano se transformó en Banco Internacional e Hipotecario de México; estas fusiones y transformaciones de las instituciones bancarias permitieron una efectiva recuperación durante los episodios de devaluación y recesión a comienzos del siglo XX.

La fiscalización de los gobiernos liberales, previos al Porfiriato, dan muestra del crecimiento económico lento y sostenido al cual nos referimos; por ejemplo, en 1867 la tributación se encontraba, como desde tiempos coloniales, por medio de un sistema de alcabalas que con gran esfuerzo podrían acumular 17 millones de pesos para la función pública; para 1911 el sistema tributario se encontraba saneado por medio de cargos fiscales, con la eliminación de la alcabala y con la creación “moderna” de pagos de impuestos, dando por resultado una suma de ingresos que se encontraban alrededor de los 115 millones de pesos.

La restauración de las operaciones monetarias, de la misma forma, logró regular la concentración de metales preciosos como oro, plata y su respectiva acuñación por parte de la Casa de La Moneda de México, dándole mayor solidez a la circulación de metales y transacciones de carácter comercial o mercantil, tanto a nacionales como a extranjeros. La incorporación del papel moneda también aportó al control de la fuga de plata y oro, aunado el hecho de tener mayor supervisión en la emisión de moneda, cabe mencionar que en 1905 la moneda de circulación básica era de plata y con adherencia al patrón-oro, del sistema monetario internacional, se vio deteriorado su precio y reducido a la mitad en comparación del dólar. Por una parte, se fortalecía el control por parte del gobierno central y por otra se reducía su valor en su circulación.

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Ilustración 1 Zapatistas en tren Nacional, Morelos, México 1911

Respecto a los sectores productivos de la economía nacional a continuación se señalan sus principales características. El sector agrícola tuvo un ligero crecimiento, ya que se encontraba con muy baja industrialización, debido a la escasa aplicación de innovadores sistemas o mecanismo productivos dado el hecho de una mínima incorporación e importación de tecnología y técnicas que acelerarán tales procesos productivos; aunado el hecho de no hacer sectores sociales o gremiales de esta rama que estuviesen organizados como para poder llevar a cabo un proyecto de financiamiento, ya sea con capital nacional o extranjero. Quienes lo estaban formaban parte del gobierno y eran parte de la oligarquía.

El sector industrial experimento, de la misma forma, un ligero crecimiento, pero con varias innovaciones, lateralmente vinculado al crecimiento demográfico nacional y al aumento de la demanda en el exterior de materias primas; de hecho, suele considerarse un periodo de crecimiento del mercado nacional a partir de la extensión del sistema de comunicaciones y transportes.

Las ramas de manufacturas de mayor crecimiento fueron la textil, la de bebidas, calzado, tabaco y conservas. Además de la nuevas industrias como la del cemento, la química y el hierro. La producción de metales preciosos (oro y plata) obtuvo un crecimiento histórico en 1910, puesto que constituye la mitad de las exportaciones; también los metales industriales como el plomo, cobre y zinc se abrieron camino en la economía. Aunado al hecho de que la explotación del petróleo se inicia en 1900. Los factores de crecimiento económico, lento pero sostenido, se pueden explicar de la siguiente manera. El comportamiento de la expansión comercial del mercado interno fue generado por:


1.       El crecimiento demográfico.

2.       La ampliación en el sistema de transportes.

3.       La eliminación del sistema tributario sobre la base de las alcabalas y un sistema tributario con mayor recaudación, dando por resultado el fortalecimiento de las finanzas públicas.



El crecimiento del comercio exterior es generado por:


  1. La demanda internacional de materias primas.
  2. Mejores precios en las exportaciones de materias primas.
  3. Aumento en la demanda interna (principalmente de bienes de capital).
La reapertura del crédito externo fue favorable por la renegociación de la deuda externa con una reducción de 13 a 4 millones de libras. Aunque para 1911 la deuda ascendió a 31 millones de libras; este será uno de los factores que definirá parte de la creación del Banco de México.

La ampliación del sistema bancario de la época favoreció a empresas e inversionistas privados a la reestructuración de la regulación monetaria aportaron a la realización de actividades comerciales y el flujo de capitales al interior del territorio nacional; tales elementos favorecieron el incremento de la inversión extranjera.

Los efectos, en términos económicos, con el episodio de la Revolución Mexicana y su fase armada dieron por resultado la afectación del sistema económico construido por la oligarquía de los científicos, principalmente por:

1)      Los diversos préstamos forzosos a fuerzas económicas extranjeras – principalmente al gobierno norteamericano -, de parte de los revolucionarios, así como del gobierno mismo, lo cual condujo a la descapitalización y al aumento de la deuda externa.

2)      El desorden en la emisión de papel moneda se hizo presente de manera evidente y problemática durante la fase armada.

3)      La incautación de bancos.

Sin mencionar los innumerables destrozos materiales.

Como podemos apreciar las tasas de crecimiento de la producción agrícola para 1895 eran de 4.4%; de 1910 a 1921 se redujo a -5.25%; las exportaciones de la misma rama en 1910 eran de 31.6%, para 1921 se redujo a 3.3%. en el mismo tono la producción minera de 1910 contaba con un ingreso de 1,309 millones de pesos y para 1921 se redujo a 620 millones de los mimos; la producción manufacturera, por su parte, se pudo recuperar del nivel que tenía en 1910 hasta 1922.

Todo ello nos muestra que la desarticulación de la economía (en términos monetarios y fiscales) dio por resultado una contracción del flujo de capital alterando la iniciativa privada y las mínimas inversiones del Estado en estas ramas de la producción. Serán la revolución y su fase armada la que interrumpa en la modernización porfirista.




1.2        contexto político que explica el origen de la Revolución Mexicana (1910 -1920)


La Revolución mexicana (1910-1920) fue un proceso histórico que generó modificaciones estructurales sin precedentes para la historia de nuestro país. Hoy en día es necesario entender las causas y consecuencias que le dieron origen y su desenlace, puesto que sigue siendo referente para la construcción de identidad nacional, además de ser un episodio histórico de la historia del siglo XX, que junto con la Primera Guerra Mundial (1914-1919) y la Revolución Rusa (1917), son coordenadas históricas que permiten explicar nuestro presente.

El comienzo de la Revolución Mexicana se ha considerado oficialmente el 20 de noviembre de 1910 y su término el 5 de febrero de 1917 con la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Este movimiento abrió el camino para los cambios en la estructura económica, política y social de México en el Siglo XX. Para ubicar el sentido histórico de esta lucha, es necesario empezar por conocer el contexto y causas que lo originaron.

El periodo de gobierno de Porfirio Díaz abarcó desde 1876 hasta 1911, excepto cuatro años en los que ocupó la presidencia el General Manuel González (1880 – 1884). Por su largo mandato, a este periodo se le conoce como el Porfiriato, en el cual se agudizaron las contradicciones sociales, políticas y económicas del país.

Durante el Porfiriato la economía mexicana se sintonizo con el crecimiento del capitalismo a escala global, desarrollando las fuerzas productivas debido a dos acontecimientos:

a.       La expansión que el capitalismo a nivel mundial dio como resultado el empleo de las nuevas técnicas mecanizadas en la producción.

b.       Aunque la burguesía nacional quedo en una posición de desventaja frente a la inversión extranjera de capital que obtuvo extraordinarias facilidades de acción, esta situación fue favorable para la estructura económica y productiva del país.

En 1900 da inicio la explotación industrial del petróleo en México, con capital predominantemente norteamericano, de ese modo la economía nacional alcanzó un apogeo extraordinario para los capitalistas extranjeros, por lo tanto, el gobierno de Porfirio Díaz no obtuvo mejores condiciones económicas.

El desarrollo de la vía ferroviaria fue obra del imperialismo para poder sacar del país las riquezas mineras y facilitar su traslado. Lamentablemente se les concedieron muchos beneficios a las industrias extranjera para las grandes exploraciones minerales y petroleras, situación que no trajo ganancias para la economía del país y años más tarde generó conflictos internacionales.

clip_image004[4]La vida cultural e intelectual de la burguesía y estratos altos de funcionarios y burocracia e intelectuales de México, durante el Porfiriato estuvo fuertemente influenciada por modas extranjeras como las francesas. Durante el siglo XIX la corriente intelectual y artística de Francia se reflejó en México, amalgamando una suerte de conciencia mexicana de raíz indígena, española y francesa.

Para el cuarto periodo de reelección de Porfirio Díaz surge el grupo llamado Los científicos conformado por hombres de negocios, banqueros, terratenientes o profesionales, cuya aspiración era gobernar conforme a la ciencia política. Este grupo lo encabezaban José Ives Limantour, Emilio Pimentel y Justo Sierra. Para 1907 Los científicos promovieron su ideología, aliados con los grandes terratenientes y capitalistas frente al deterioro de salud y edad avanzada de Díaz.

clip_image005[4]Durante los últimos periodos presidenciales de Porfirio Díaz se fueron cancelando en la práctica derechos democráticos como la libertad de prensa, de reunión política; el abandono de la vida social y económica tradicional de los sectores pobres de la población fueron relegados a su marginalidad.

Si bien durante el Porfiriato hubo un notable desarrollo industrial y crecimiento económico nacional además de construcción de grandes obras, en cambio, la salubridad pública, la educación y las condiciones de vida de la población pobre y trabajadora fueron deteriorándose, ante tal situación en el movimiento armado de 1910 fue posible a pesar de su inconsistencia estratégica, organizativa y política.

1.3         Antecedentes y causas históricas de la Revolución Mexicana.

1.3.1        Antecedentes históricos.


En el Porfiriato, la burguesía representada por un reducido grupo de familias tanto nacionales como extranjeras se apropió de la riqueza nacional a costa de obtener el control político y económico de la estructura gubernamental; este tipo de régimen cometió injusticias políticas, económicas y laborales con campesinos y obreros para alcanzar los más altos índices de explotación laboral y opresión económica.clip_image008[4]

la burguesía como clase política se apoderó de espacios de poder económico y político para afianzar su dominio, lo que generó contradicciones y los llevó a la confrontación entre quienes se encontraban en el poder; entre quienes se vieron favorecidos, pero a la vez sensibilizados por el saqueo de las riquezas nacionales. Este enfrentamiento podemos ejemplificar con 
clip_image006[4]Francisco I. Madero y los hermanos Flores Magón, estos últimos, quienes con un carácter de clase distinto al de la clase política y con una aspiración de justicia social para obreros y campesinos se habían convertido en los personajes visibles críticos del régimen de Díaz.

Los primeros levantamientos armados durante el Porfiriato, y que constituyeron antecedentes de la revolución, se dieron entre 1887 – 1892, entre los que destacan: el movimiento encabezado por el General Mariano Escobedo en Coahuila, un conjunto de movimiento agrarios en el estado de Veracruz, Estado de México, Sinaloa, Tamaulipas y Temochi, Chihuahua; así como en 1893 en el estado de Guerrero.

En 1889 se funda el primer partido político de oposición a Porfirio Díaz en la ciudad de San Luis Potosí, Partido Liberal Ponciano Arriaga, por iniciativa de Camilo Arriaga. A la propuesta se agrupan algunos intelectuales, profesionistas y estudiantes como Juan Sarabia, Antonio Diaz Soto y Gama, Librado Rivera, los hermanos Flores Magón y los hermanos Juan y Manuel Sarabia. En un principio retoman las ideas liberales de la época de la Reforma y, posteriormente, transitan al anarquismo.

clip_image011[4]En 1902 la policía disolvió esta naciente agrupación tras celebrarse una asamblea en la Ciudad de México. Sin embargo, en 1906 desde San Luis Missouri, los hermanos Flores Magón, Antonio I. Villareal, Librado Rivera y Manuel Sarabia, entre otros, reorganizaron al Partido Liberal Mexicano, y el 1º de julio de este mismo año lanzaron su programa político, el cual contenía los más modernos conceptos relativos a la política, la administración pública, economía y dotación de tierras, protección del obrero, etc., además de lanzar el primer tiraje del periódico “Regeneración” dirigido por los hermanos Magón.
clip_image009[4] Las publicaciones en este periódico buscaron orientar a los sectores intelectuales movilizados en torno a los obreros y campesinos por un espíritu revolucionario.

Porfirio Díaz había prohibido el derecho de huelga y formar organizaciones o realizar cualquier tipo de manifestación para defender los derechos laborales. Pese a esto, en junio de 1906 los trabajadores de las minas de Cananea estallaron en huelga con la exigencia de aumento salarial y equidad laboral buscando que el trato fuese semejante entre empleados mexicanos y norteamericanos durante las jornadas de trabajo. Varios trabajadores murieron en esta lucha. El gobernador encarceló a muchos obreros y envió a sus dirigentes a las mazmorras de San Juan de Ulúa, de modo que esta rebelión obrera fue sofocada.

Sin embargo, al año siguiente otra importante huelga estalló: obreros de Orizaba en el estado de Veracruz y del estado de Puebla se unieron para luchar juntos por mejores condiciones de trabajo en la fábricas textiles de Río Blanco. Sus exigencias eran aumento salarial para hombres, mujeres y niños, así como la reducción de la jornada de trabajo de dieciséis a catorce horas. Este movimiento tuvo como resultado un importante número de heridos y muertos. El fallo del presidente les fue adverso y los dueños exigieron el regreso de los trabajadores a la fábricas.

En 1908 Porfirio Díaz concedió una famosa entrevista al periodista estadounidense James Creelman en la que manifestó su agrado por la formación de partidos políticos. Estas declaraciones clip_image013[4]alentaron a muchos ciudadanos e intelectuales que empezaron a organizar algunos partidos políticos, para el disgusto de Los científicos, quienes consideraron poco prudente este suceso.

clip_image012[4]Los clubes y partidos democráticos y antirreeleccionistas extendieron sus actividades por todo el país, y las manifestaciones públicas se hicieron frecuentes. Francisco I. Madero aprovechó esta situación y publicó su obra: La sucesión presidencial en 1910 que tuvo buena aceptación entre los demócratas y liberales y se preparó el terreno para la formación de un partido político nacional capaz de hacer frente a Porfirio Díaz en las siguiente contiendas electorales. Así fue como surgió el Partido Antirreeleccionista en la Ciudad de México en 1909, y su lema era “Sufragio efectivo. No reelección”.

Poco antes de las elecciones de 1910, bajo el cargo de haber cometido una falta al aún presidente Porfirio Díaz, Francisco I. Madero es encarcelado en Monterrey. En realidad, se trataba de invalidar legalmente su candidatura. Es conducido a San Luis Potosí y Porfirio Díaz es reelecto una vez más como presidente de México, apoyado por Los científicos.

clip_image016[4]Francisco I. Madero es liberado y se traslada a San Antonio, Texas, lugar donde publica el 5 de octubre de 1910 el Plan de San Luis, en el cual declaraba como ilegales las pasadas elecciones, convocando al pueblo mexicano a levantarse en armas contra el gobierno de Díaz.

clip_image014[4]La sexta reelección de Porfirio Díaz, programada para junio-julio de 1910, fue el detonador que terminó por dividir a la sociedad entre un movimiento democrático (el Partido Antirreeleccionista, entre quienes se encontraba Francisco I. Madero). Y uno conservador, el Partido Reeleccionista, que apoyaba a Porfirio Díaz. El primero pugnaba por alcanzar libertades democráticas y por mayor espacio político y económico para las nuevas generaciones, sin cabido en el sistema político prevaleciente.
clip_image019[4]Sin embargo, al darse cuenta Díaz de que el anti-reeleccionismo se había convertido en una fuerza nacional, a pesar de haber ordenado el arresto de Madero y celebrado elecciones donde se consumó un fraude a su favor (26 de junio de 1910), acabó por reconocer su derrota política y renunció para salvar el régimen con los Convenios de Ciudad Juárez, firmados en mayo de 1911.

clip_image017[4]El 26 de mayo, Díaz abandonó la ciudad de México rumbo al puerto de Veracruz, donde partió rumbo al exilio en Francia el 31 de mayo. Murió en ese país el 2 de julio de 1915

1.3.2        Causas históricas.


Las causas directas de la Revolución Mexicana de 1910 son distintas, pero todas tienen origen en la crisis reeleccionista del gobierno de Porfirio Díaz. En particular debemos considerar las causas de tipo económico, político y social.

1.3.2.1         Causas políticas.


·         Anulación de las libertades civiles. Se nulificaron las garantías individuales y se limitó la libertad de la imprenta. La virtual anulación de la libertad y la democracia, violando los principios del liberalismo político.

·         Centralización del poder. Se sometió al poder Legislativo y Judicial y se centralizó el poder de toda la nación. Diaz designaba personalmente a los funcionarios, gobernadores, presidentes municipales y jefes políticos.

·         Creación del Partido de los Científicos. Apoyo la creación de este partido con fines de seguir en el poder.

1.3.2.2         Causas económicas.


·         Hegemonía de los intereses capitalistas extranjeros. Tuvo lugar la penetración de capitales extranjeros dedicados exclusivamente a la explotación de los recursos naturales (minería, extracción de hidrocarburos, etc.), con lo cual la economía dependía de los intereses de los capitales europeos y norteamericanos que invirtieron en nuestro país, recibiendo protección por parte del gobierno y descuidando los intereses de los pequeños capitalistas nacionales.

·         El latifundismo. Un reducido número de latifundistas se adueñó de casi toda la propiedad territorial de México, mientras que más de un millón de campesinos se convirtieron automáticamente en peones de las haciendas.

·         El hacendismo. Las desventajas de la gran propiedad rural ejercieron sobre las pequeñas propiedades ocasiono la permanente absorción de la pequeña propiedad agraria por la grande.

·         Sistemas primitivos de explotación de la tierra. Uso de coas y arados de madera.

1.3.2.3         Causas sociales.


·         La estratificación social. Durante este periodo la sociedad mexicana estuvo prácticamente dividida en varias clases de acuerdo con el nivel económico y el origen de cada una de ellas: la clase alta (aristocracia), la clase media, conformada por pequeños comerciantes y, finalmente, la formada en su mayoría por los campesinos y los trabajadores.

·         Los movimientos obreros y campesinos. Entre los que destacan las huelgas de Cananea y Río Blanco. La ausencia de una ley laboral que protegiera al trabajador y la prohibición de huelgas. La ley de Baldíos de 1883, las obras de las compañías deslindadoras y la política de Porfirio Díaz, transformaron al campesino en peón asalariado, obligándolo a comprar en las tiendas de raya y despojándolos de sus tierras.

1.4        Principales grupos y actores de la Revolución Mexicana.


1.4.1        Francisco I. Madero y el Partido Antirreeleccionista.


clip_image021[4]Empresario y político, público en 1908 su obra La sucesión presidencial en 1910, la cual tuvo buena aceptación por parte de los políticos demócratas; a partir de este momento preparo el terreno para la formación de un partido político nacional capaz de hacer frente al régimen de Porfirio Díaz. Por resultado obtuvo la construcción del Partido Nacional Antirreeleccionista (PNA) que fue fundado en la Ciudad de México en 1909 bajo el lema “Sufragio efectivo. No reelección”. Previo a la contienda electoral en 1910, bajo el cargo de conato de rebelión y ultraje a las autoridades, Madero fue detenido por el gobierno de Díaz con el objetivo de no tener competidores a la presidencia, mismas que volvía a ganar.

Madero desde San Antonio, Texas, pública el 5 de octubre de 1910 el Manifiesto a la Nación, mejor conocido como el Plan de San Luis Potosí, en el cual declaraba como ilegales las pasadas elecciones, así como la necesidad de retirar del poder a Porfirio Díaz entre otras demandas de relevancia para el grueso de la sociedad mexicana.


1.4.2        El movimiento campesino del estado de Morelos.


Debido a que los recursos naturales del Estado de Morelos facilitaban la producción azucarera, se incrementaron los latifundios asociados a esta actividad, para la que se requiere de una considerable extensión de la tierra. Cuando el Plan de San Luis Potosí fue conocido en el sureste mexicano, la demanda del artículo tercero de este Plan, relativo a la abolición de la Ley de Desamortización de Terrenos y Baldíos, con la cual los campesinos más pobres perdieron sus tierras, se sintieron incluidos en la lucha de Madero. Por lo tanto, decidieron integrarse a la rebelión de los sectores opositores a Díaz y pelear sus derechos mediante el movimiento armado. Tres líderes agrarios se levantaron en contra del gobierno: Gabriel Tepepa, Pablo Torres Burgos y Emiliano Zapata.

1.4.3        Movimiento sociopolítico en la zona norte y centro del país.


Durante la etapa colonial gran parte del periodo independiente, la zona norte se había mantenido prácticamente autónoma en lo político y económico, el régimen porfirista puso fin a las distintas condiciones de explotación de la tierra para poder obtener mayor control político y económico. El sector productivo agrario mantenía una diversidad de condiciones y relaciones de propiedad de la tierra, dentro de las características del campesinado encontramos las siguientes formas de producción en las regiones. También otros sectores productivos tuvieron modificaciones en su organización e influencia en el movimiento revolucionario.

·         Campesinos libres, de antiguas colonias militares.

Al avanzar el Porfiriato, la amenaza de los apaches dejo de existir y la zona fronteriza se tornó más tranquila; en consecuencia, el gobierno ya no necesitaba de la ayuda militar de los campesinos libres, y exigía la expropiación de la tierra que con tanto esfuerzo habían hecho producir. Con la llegada de los ferrocarriles, la región norte sufre una gran transformación que afectó a los campesinos de las antiguas colonias militares e hizo que perdiera no solo sus tierras, sino también su autonomía política.

·         Grandes latifundistas.

Los campesinos indígenas recibieron cierta ayuda de los poderosos terratenientes que, como Luis Terrazas y José maría Maytorena, estaban descontentos con el gobierno porque los había desplazado de sus posiciones como jefes políticos regionales. Ambos terratenientes, resentidos contra el régimen, alentaron la lucha dirigiendo a sus bases campesinas.

Durante el gobierno de Madero hubo varios levantamientos, entre los que destacaron el de Pascual Orozco, quien tras ser nombrado por los agraristas jefe supremo de la revolución, se sublevó en Chihuahua en marzo de 1912, y otras dos sublevaciones auspiciadas por antiguos porfiristas, los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz en Nuevo León y Veracruz respectivamente.

·         Peones de la hacienda tradicional y moderna.

Los trabajadores de la hacienda tradicional en la zona norte, que disfrutaban del nivel de vida superior al de los peones en las haciendas del centro y del sur fueron afectados por las políticas económicas en los últimos años del Porfiriato.

La falta de arraigo y empleo permanente de los peones modernos fue el factor importante en la decisión de este grupo rural en ese movimiento revolucionario, ellos se asentaron en la zona de la laguna donde tuvo lugar el crecimiento económico quizá más acelerado del periodo porfirista, y donde se pagaban los salarios agrícolas más altos del país; aunque existía la tienda de raya, esta era más un incentivo para traer la mano de obra que un medio de encasillamiento para el peón. Algunos peones lograron mantenerse de forma permanente en las haciendas modernas del norte, y al empezar la revolución, no se revelaron en contra de sus hacendados, sino que lucharon junto con ellos para derrocar al régimen porfirista.

La División del Norte de Francisco “Pancho” Villa, que estaba conformada por arrieros, caporales, mineros, ferrocarrileros, exfederales, trabajadores del campo y católicos maderistas. Su programa agrario de 1915 contemplaba el reparto de tierras a soldados, viudas y huérfanos.

·         La alta clase media.

Los integrantes de la clase media empresarial veían seriamente amenazado sus capitales ante la perspectiva de que los científicos continuaron manejando las finanzas del país. Para este grupo, la práctica de la democracia constituye la única opción pacífica viable para desplazar el gobierno no solo al dictador sino también a la selecta élite porfirista.

·         Las clases media profesional y obrera.

Las clases media profesional y obrera industrial del norte se vieron afectadas por la reducción de los salarios reales y la elevación de los impuestos al mismo tiempo que disminuían sus oportunidades de ascenso en la escala social. El descontento empezó a expresarse mediante una intensificación de los sentimientos nacionalistas y un rechazo hacia los extranjeros, actitud provocada por la creciente participación de los inversionistas extranjeros en la económica mexicana, que desplazaba a los mexicanos de las fuentes de empleo.

1.5         Programas y pensamientos políticos durante el proceso revolucionario.


1.5.1        Los hermanos Flores Magón, el Partido Liberal Mexicano y Regeneración.


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De acuerdo con lo mencionado anteriormente, los hermanos Flores Magón, que encabezaban el Partido Liberal Mexicano, habían lanzado un programa en 1906, y fue hasta 1910 el grupo de oposición más fuerte en contra del General Díaz. Su programa tenía un contenido político sobre las luchas obreras y populares. El medio que permitió la difusión de estas ideas fue el periódico Regeneración, dirigido por Ricardo Flores Magón.

El programa del Partido Liberal encuentra su máxima expresión en la etapa precursora de la Revolución Mexicana, ya que ofrece ideas socioliberales, algunas de las cuales posteriormente quedaron plasmadas como parte de nuestros derechos sociales en la Constitución Mexicana de 1917, por lo que muchos historiadores han considerado a Ricardo Flores Magón como uno de los precursores de este movimiento. Por ejemplo, las siguiente cláusulas pertenecen a dicho programa:

“21. Establecer un máximo de ocho de trabajo y un salario mínimo […]

27. Obligar a los patronos a pagar indemnización por accidentes de trabajo […]”

Para 1911 el movimiento obrero va perdiendo fuerza para dar paso a los campesinos, con quienes los magonistas no lograron un acuerdo debido a sus diferencias ideológicas anarquistas; las más evidentes parecen ser la religiosidad del campesinado y su falta de individualidad.

1.5.2        Francisco I. Madero, el Partido Nacional Antirreeleccionista y el Plan de San Luis Potosí.


Con los Convenios de Ciudad Juárez únicamente se eliminó a Porfirio Díaz, más no a todos sus seguidores, que quedaron alojados en el gobierno interino que encabezó Francisco León de la Barra tras la renuncia de Díaz. Aconsejado por algunos generales porfiristas, ordenó el desarme del ejército revolucionario y mantuvo a algunos gobernantes y caciques en distintas entidades del país. Este gobierno interino fue causante del distanciamiento entre el jefe del Ejército Libertador del Sur, Emiliano Zapata, y Madero.

De la Barra envió al general Victoriano Huerta para obligar a Zapata a deponer las armas. Madero trató de intervenir para mediar la situación, pero la actitud intransigente de Huerta le acarreo dificultades con Zapata, que receloso de Madero, condiciono soltar las armas hasta ver cumplidas las demandas agrarias de los campesinos planteadas en el Plan de Ayala.

El 6 de noviembre de 1911 Francisco I. Madero asume la presidencia de México, tras una reñidísima campaña donde compitieron cuatro partidos: el Antirreeleccionista, el Constitucional Progresista, y el Partido Católico, donde Madero era propuesto para presidente con diferentes fórmulas, y finalmente, compitió también el Partido Reyista que lanzo la candidatura del general Bernardo Reyes.

Al llegar a la presidencia, Madero cometió un grave error al aceptar a todo el personal político, administrativo y militar que gobernaba al país en el régimen del Porfirismo, quienes los presionaron y Madero olvido a sus antiguos compañeros de armas, que se desilusionaron al ver el incumplimiento de los postulados del Plan de San Luis. Empezó a recibir fuertes críticas a través de la prensa, donde se le acusaba, particularmente, de no proceder a la restitución de las tierras que los latifundios habían arrebatado a los campesinos. Sin meditar sus respuestas, Madero hizo declaraciones que no solo provocaron la división del sector revolucionario, sino que el mismo fue víctima de la ambición del grupo que había conservado al asumir la presidencia.

En el Plan de San Luis Potosí expresaba elementos de programa político que referían a demandas políticas y económicas que diversos sectores de la sociedad exigían se llevaran a cabo, algunos de ellos eran:

-          Declaraba nulas las elecciones de 1910.

-          Desconocía el gobierno de Porfirio Díaz y su autoridad.

-          Exigía el sufragio efectivo y la no reelección.

-          Exigía mejorar la administración pública.

-          Buscaba la restitución de las tierras a sus antiguos propietarios; en su mayoría, comunidades indígenas.

-          Pretendía iniciar la insurrección armada en contra del régimen opresor el 20 de noviembre de 1910, a las 6 de la tarde.

1.5.3        Emiliano Zapata, el movimiento campesino del sureste del país y el Plan de Ayala.


Emiliano Zapata es uno de los líderes más importantes y más popular de la Revolución Mexicana. Representante del movimiento agrario, por medio de la luchar armada vio la oportunidad de darle a los campesinos lo que la justicia les negaba: tierra para trabajarla. Se integró al movimiento revolucionario seguido de miles de campesinos en todo el país.

Al triunfo de Madero en 1910, los hacendados morelenses conjuraron contra Zapata, haciendo creer al gobierno de la Barra que era un bandido rebelde a la autoridad. El gobierno le ordeno entregar las armas y Zapata se negó a obedecer, argumentando que no se habían cumplido las promesas agrarias.

Al asumir Madero la presidencia y declararse contrario a la solución del problema agrario para confiscar las tierras de los hacendados, Zapata resolvió desconocer a Madero. Concentró sus fuerzas en Ayoxustla, Puebla, donde el 28 de noviembre de 1911 firmó el Plan de Ayala para justificar su movimiento agrario.

El plan desconocía a Madero como jefe de la revolución y como presidente de la República; reconocía a Pascual Orozco, pero de no aceptar este, el propio Zapata dirigiría el movimiento; ratifico la adhesión al Plan de San Luis, pero con algunas modificaciones relativas a la restitución de tierras a los pueblos que hubieran sido despojados de ellas, a la expropiación de estas, previa indemnización, para ser otorgadas a los campesinos y fomentar el progreso y el bienestar de los mexicanos. Su lema fue “Tierra y Libertad”. Firmaban este documento los generales Emiliano y Eufemio Zapata, Otilio Montaño (autor del Plan) y otros más.

Las exigencias de Zapata de llevar a cabo la realización de los postulados agrarios del Plan de Ayala motivaron a continuar la lucha armada. El general Pablo González, encargado de pacificar al Estado de Morelos, atacó a los zapatistas durante los años de 1917 y 1918. El coronel Jesús Guajardo, bajo las órdenes del general González, tendió una emboscada a Emiliano Zapata, asesinándolo el 10 de abril de 1919. Los campesinos seguidores de Zapata fueron encarcelados poco tiempo después.

1.5.4        Revolución y contrarrevolución.


Durante el periodo de Madero hubo varios levantamientos, entre los que destacaron el de Pascual Orozco, quien tras ser nombrado por los agraristas jefe supremo de la revolución, se sublevó en Chihuahua en marzo de 1912, y otras dos sublevaciones auspiciadas por antiguos porfiristas, los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz en Nuevo León y Veracruz respectivamente. Para someter los levantamientos, Madero nombró como ministro de guerra a Victoriano Huerta, quien actuó con fuerza en contra de numerosos campesinos.

Del 9 al 18 de febrero de 1913 se llevó a cabo la insurrección en la Ciudad de México contra el gobierno de Madero. Durante diez días de lucha en la Plaza de la Ciudadela entre los rebeldes y los soldados del general Huerta, quien había sido enviado por Madero, causó miles de muertos. A este suceso se le conoce como La Decena Trágica. El embajador de Estados Unidos, Henry Lane Wilson, fungió como mediador entre el general Huerta y el general Félix Díaz quien comandaba la insurrección. Se destituyó a Madero y Victoriano Huerta, quien asumió la presidencia provisional y ordenó el arresto y asesinato de Madero y Pino Suárez la noche del 22 de febrero de 1913.

Durante el tiempo que Huerta estuvo al frente del gobierno no fue reconocido por Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila, y se levantó en armas y proclamó el Plan de Guadalupe el 27 de febrero de 1913.

El pan desconocía a Huerta como presidente de la República, a los poderes ejecutivo y legislativo, y a los gobernadores que no secundaran el Plan de Guadalupe. Reconocía a Carranza como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, mismo que, al triunfo fungiría como presidente interino de la República, encargándose de convocar oportunamente a elecciones en todo el país. Obregón se sumó al Ejército constitucionalista. El gobierno de Estados Unidos se negó a reconocer a Huerta y este buscó el apoyo de Inglaterra. Estados Unidos decidió bloquear el puerto de Veracruz el 21 de abril de 1914 después de algunas victorias como la toma de Zacatecas y Torreón por el Ejército de la División del Norte, encabezado por Villa, así como los del general Obregón, entre los que se encontraban la ocupación de Guadalajara, Colima, Tepic y Culiacán. Huerta comprendió que era imposible resistirse y presentó su renuncia el 15 de julio de 1914. Dejo el mando al Lic. Francisco S. Carbajal, quien duró un mes en el poder. Con el Tratado de Teoloyucan se acordó la rendición de la capital y la disolución del Ejército Federal. El 15 de agosto de 1914 las tropas constitucionalistas hicieron su entrada a la Ciudad de México.

Al llegar a México, Carranza asumió el poder ejecutivo; reorganizó el gabinete y, considerando que era necesario dialogar con los jefes revolucionarios, convocó a una convención. Carranza aceptó que esta se llevara a cabo en Aguascalientes de 10 de octubre al 9 de noviembre de 1914, debido a la petición que hicieron los delegados de Villa y de Zapata. En esta convención se acordó que Villa como Carranza se retiraran de la revolución, dejando a cargo de la presidencia a Eulalio Gutiérrez. Ninguno de los dos acepto; Carranza desconoció los acuerdos de Aguascalientes y se dirigió al puerto de Veracruz. Los convencionistas ocuparon la Ciudad de México y Eulalio Gutiérrez integró su gabinete, nombrando a Villa como jefe del Ejército Convencionista. Zapata también llegó a la capital a apoyar a Gutiérrez.

En el puerto de Veracruz, Carranza estableció la sede de su gobierno. Obregón lo apoyó y fue nombrado Jefe de Operaciones del Ejército Constitucionalistas. Después de muchas cruentas batallas entre villistas y carrancistas durante los meses de 1915, y luego de la salida de los zapatistas de la Ciudad de México, Carranza abandonó Veracruz para establecer en la Ciudad de Querétaro, la capital del país, el 1 de enero de 1916. Obregón fue designado ministro de guerra con el cargo de gobernar la ciudad de México también. El gobierno norteamericano reconoció a Carranza.

La Revolución Mexicana fue eminentemente social; nació de protestas airadas contra el régimen de Porfirio Díaz, fueron brotando entre los distintos sectores sociales del país y, al mismo tiempo fueron surgiendo nuevas ideas que buscaban un cambio social. Entre las principales tendencias sociales de nuestra revolución podemos destacar las siguientes:

1.       Una distribución justa de la tierra y de los recursos naturales.

2.       Un sistema político basado en la democracia.

3.       Protección de los derechos de la clase obrera frente al poder del capital.

4.       Una educación al servicio del pueblo, que supere la vida moral y cultural de la nación.


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